La carretera hacia el distrito de Surcubamba, Tayacaja - Huancavelica
Maestros de las UGEL Surcubamba y Churcampa que viajaban a cumplir su labor fallecieron conjuntamente con otros pobladores en esta accidentada carretera.
Por: Ferrer Maizondo Saldaña
Antes del amanecer, cuando la oscuridad reina y el frío cala profundamente, estamos en un extremo del Mercado Mayorista, en la ciudad más importante del Valle del Mantaro, la incontrastable y comercial Huancayo. Esquina de las calles Cajamarca y Atahualpa. Dos de la mañana y subimos apresurados a la cabina posterior de una de las camionetas 4x4 que parte hacia la zona Nor Oriental de Tayacaja. Viajamos con Willar Loyola, en comisión de servicio, representando al Ministerio de Educación, tenemos la misión de monitorear el funcionamiento de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Surcubamba, creada hace un año.
Saliendo de Huancayo, pasando Palián y Acopalca, bordeando el río Shullcas e ingresando por la ruta que divide con Pariahuanca, empieza el ascenso por un cintillo de tierra convertido en trocha carrrozable para movilidades pequeñas. Con la luz del vehículo lo único que se observa es el juego del ichu con el viento en una actividad misteriosa. Al fondo el nevado Huaytapalla, imponente, vigila el valle. Lenta y forzada va trepando la camioneta. El chofer para no dejarse contagiar por el sueño de sus pasajeros comenta que ya estamos pasando la zona de las lagunas y, ante respuestas forzadas y soñolientas tararea algunas cumbias y chichas que el receptor ha captado. El arbolito del Grupo Néctar se repite una y otra vez: …Aquel arbolito donde estará escrito tu nombre y el mío, tu nombre y el mío. La Muñequita Sally, no deja de recordar que…este terco terco corazón te sigue queriendooo.
La bajada es más lenta, con frenadas bruscas, hasta llegar a una zona montañosa con árboles y arbustos que saturan el desplazamiento. El chofer sintetiza la tristeza y la desilusión de algunos enamorados teniendo como colofón del descenso, los versos del grupo piurano Corazón Serrano:…una mentira mató mi alegría, con dos mentiras se fue mi ilusión, con tres mentiras se ahogó la esperanza, cuatro mentiras mataron mi amor…
Cruzando un río de buen caudal, el letrero anuncia que estamos en Matibamba y su frondoso verdor de bosques, tierra de frutales, abundante caña y guarapo. Una quebrada muestra lo difícil y duro que es el pase en época de lluvias por los constantes huaycos y deslizamientos de tierra en un amplio espacio arcilloso. Por el borde de la trocha van y vienen algunos campesinos, herramienta al hombro o en la mano. Un leve ascenso y mientras empalmamos con una lomada, San Antonio, se notan que luces mágicas del día espantan las brumas.
Un serpenteante zigzagueo de 36 curvas, bien contadas, desciende hasta el río Mantaro. Las curvas son cerradas y cada vuelta es una guiñada al profundo abismo, donde el torrentoso, envenenado y amplio río es un simple hilo de plata que se va ensanchando conforme vamos descolgándonos de la montaña. El corazón acelera sus palpitaciones y la respiración detiene por momentos su ritmo.
Retomamos el sentido de la vida cuando notamos que en el borde del recorrido, abundante campanillas blancas conocidas como Geymanto cuelgan su claridad, pureza y felicidad sobre nerviosos pasajeros. De tramo en tramo, inmensos cactus desafían las alturas; los cactus pequeños deslumbran con su flores moradas. Los guarangos de copa frondosa y menudas hojas, estiran sus ramas colgantes y retorcidas que llegan hasta el suelo protegiendo arbustos.
Calor infernal. Zona Montañosa. La ruta conduce hacia la entrada de la selva huancavelicana, selva alta. Cruzando el puente Chicyacc se sube un serpenteo de interminables y cansadas curvas hasta el desvió a Huacholpa, zona de inmensos bosques de neblina como el Amaru, el nuevo paraíso de las orquídeas, donde resalta el “Inkill”, flor grande de intenso color fucsia o las “tres veces bandera peruana”.
Surcubamba, brillo solar intenso, rodeado de montañas de neblina. Territorio en declive, ladera empinada bordeada de maizales que crecen abrazados con frijoles en terrenos que cercan el pueblo. Una sola cosecha al año. Sembríos dependientes de la lluvia. Plantas de cabuya demarcan los cercos. Los imponentes edificios nuevos, como la municipalidad y local del puesto policial tienen terraza, contrastando con la mayoría de casas de adobes cuyos techos disputan teja y calamina. Balcones de madera y cruces en el techado resaltan por todo lado. En la plaza ganan espacio, verdor y hermosura: palmeras, quinuales, níspero Japón, cipreses y pinos. De algunos cercos cuelgan berenjena y calabazas; duraznos en flor saludan al visitante. El alojamiento es en el hotel, cuyo patio está saturado de multicolores atados de mazorcas de maíz colgadas para secar, conocidas en el mundo andino como huayunca. Gente sencilla, laboriosa y atenta. Todos se saludan. Las damas mayores muestran en su vestimenta influencia Wanka; ellas en su mayoría con sombrero; los varones, con gorra.
En local ubicado en la Av. Daniel Hernández, parte superior de la Plaza, que fue donado, en la década del 90, por la comunidad para el funcionamiento, del Área de Desarrollo Educativo (ADE), funciona actualmente la UGEL Surcubama. Recinto no conservado adecuadamente. Oscuro y desordenado. La primera semana de junio celebra su primer aniversario de creación. El Director, Rude Torres Medina, y su equipo, suben y bajan una estrecha y bulliciosa escalera de madera preocupados por querer atender y solucionar mil y un problemas institucionales y pedagógicos; Jesús Cachuán Medina y Carlos y Carlos Gonzales Santiago son los soportes más importantes. Se sienten abandonados, olvidados. Presupuesto, cero. Cuatro laptop, cinco computadoras y la esperanza de contar pronto con una camioneta es el equipamiento de la sede. El apoyo y la voluntad del gobierno local colaboran para mantener en pie la institución que atiende a 169 instituciones educativas, 512 docentes y 1605 matriculados en los tres niveles educativas de cinco distritos: Huachocolpa, Salcahuasi, Tintay Punku, San Marcos de Rochacc y Surcubamba. Falta inyectar espíritu y espantar las dudas y temores a la instancia de gestión educativa descentralizada. Es momento de levantar la cabeza.
La población cuenta con servicios básicos de agua, desagüe y fluido eléctrico. El servicio de internet es deficiente y, para acceder al mundo digital y globalizado tienen que acudir al local municipal en horario establecido. El Banco de la Nación ocupa el primer piso del edificio municipal. En los próximos días, en el segundo piso se instalará una oficina de la Fiscalía. La comunicación telefónica no tiene buen servicio. Su principal calle está asfaltada y tiene una baranda que genera una forma de mirador hacia la Plaza y las montañas que protege el pueblo.
Convocadas las autoridades, asisten presurosos, atentos y puntuales. Todos expresan sorpresa y alegría porque es la primera vez, a un año de creada la UGEL, que representantes del Ministerio de Educación se presentan en su localidad. El Gerente Municipal, Jhonny Yance Cano, expresa que las autoridades nacionales nunca visitan la localidad y, ellos como gobierno local apoyan mensualmente con S/. 5 000 soles para contratar profesionales que trabajan en la UGEL; además de brindar movilidad combustible para que los especialistas monitoreen las actividades de las instituciones educativas.
El Juez de Paz no letrado, Carlos Salomón Gamarra Guillén, sostiene que la UGEL es progreso para el pueblo y requiere más apoyo. El Gobernador Distrital, Elio Javier Gutarra Espíritu, reitera que es una alegría para su pueblo que por primera vez el Ministerio de Educación se haga presente en tan alejado pueblo; es muy saludable, sentencia. El Presidente de la Junta Comunal, Raúl Romero Meneses, refiere que la UGEL ha nacido falta de chompas y zapatos; emocionado, decide formalizar la cesión en uso, por dos años, un local nuevo, amplio, moderno y de tres pisos a favor de la UGEL Surcubamba.
Celebramos la firma del Acta, primero con bebida refrescante azucarada de color dorado, no alcohólica; luego, para darle solemnidad al acto, un par de copas de caña, caña espumosa, pura y suave en la tienda de don Leonidas Prado León, en cuyo negocio cabezas de plátanos de diversas variedades saturan los andamios. Mientras el anfitrión de local comenta las cualidades de la caña, resaltando que no es bambeada, como las que se vende en Huancayo, donde mezclan con agua y rocoto, huaynos y santiagos animan la charla.
El Santiago o Tayta Shanti es la fiesta costumbrista más importante de toda la sierra central con motivo de la herranza o la marca del ganado. Es la fiesta de la fertilidad y del reencuentro familiar y amical. En Surcubamba, entre canto y canto, mientras suena la corneta, las parejas declaran su amor; se bebe caña pura al compás del violín, el arpa y el yungor, instrumentos musical que representa la masculinidad. Chisi tuta purisqaypim /Chisi tuta pasiasqaypim /Anilluyta wischuruni /Aritiyta wischuruni /Piraq mayraq tarikurqa/ Piraq mayraq suarurqa, /Casaduchuch solteruchuch /Viuduchuch, veladuchuch (En mi caminata de anoche / En mi paseo de anoche / He perdido mi anillo / He perdido mi arete / Quien lo habrá encontrado / Quien lo habrá robado / Tal vez un casado o un soltero / Tal vez un viudo o un comprometido.
Las cantoras Clavelitas de Surcubamba, Hermanas Gamarra y la roba corazones Brillantina de Surcubamba presentan sus temas y melodías en quechua y castellano: No culpes a otro/nuestro fracaso/porque nosotros somos culpables/tú por picaflor/yo por confiada. Con guapeadas y silbidos, continúan: Limoncito, limón verde/no me engañes tanto/mira que soy soterita/no me engañes tanto.
El cansancio del viaje nos lleva a descansar temprano. No gozamos la noche. Un interminable y monótono ladrido perturba el sueño. Casi al amanecer, salgo al baño común y en el pasadizo tropiezo con una dama que golpeaba con discretos y pausados golpes la puerta de uno de las habitaciones en la que descansaban visitantes huancavelicanos; sorprendida de sus intenciones pecaminosas, preguntó al huésped que demoraba en abrir la puerta: ¿Luis, a nombre de quién va la boleta?
Una reconfortante y nutritiva sopa de mote levanta los ánimos en la mañana. Un mate de muña asiente el desayuno en el Restaurante Miski Micuy. Somos invitados a la inauguración del curso que los especialistas de la Dirección Regional de Educación de Huancavelica (DREH), Área de Gestión Pedagógica están brindando a los docentes de la localidad. Los especialistas de la DREH se presentan encorbatados y con ternos rígidos, excesivamente formales, contrastando con la vestimenta de la mayoría de profesores que llegan sudorosos y apresurados luego de una caminata de tres o cuatro horas, en buzos o ropa polar de colores fuertes. Cuatro o cinco niños menores de cuatro años acompañan a su mamás, profesoras que tienen a sus hijos mayores viviendo con sus abuelos o tíos en Huancayo o Pampas.
Concluimos el día intercambiando experiencias y preocupados porque hasta el momento no se ha terminado de distribuir los materiales educativos 2015 enviados por el Ministerio de Educación y, lo que es peor, está pendiente de entregar lo correspondiente a la campaña 2014 por falta de presupuesto. Y hablando de gastos y tiempo, corremos en búsqueda de movilidad que tenga boleta y certifique el pago. Qué difícil. Incómodo. En estos lugares, solo algunas camionetas cuentan con el documento tributario que las oficinas del Ministerio exigen. Es un súplica, un favor, que el pago de tu pasaje sea reconocido con una boleta de viaje. Vamos cuatro pasajeros en la cabina posterior que solo debe ser ocupado por tres. Comiendo polvo, de pie, pero contentos y bromeando voz alta, viajan en la tolva algunos pobladores de la zona. Compañera de ruta es una profesora que retorna a su casa los fines de mes y, solicita al conductor que cada cierto trecho detenga el coche para coger una planta, comprar plátano o queso.
En Huancayo visitamos la Oficina de Enlace que tiene la UGEL Surcubamba, barrio San Antonio, altura de la cuadra 16 de Calmell del Solar. La oficina facilita la comunicación entre Huancavelica, Pampas, Surcubamba y vicerversa. Atiende preferentemente usuarios de Salcahuasi y San Marcos de Rochacc. Es una alternativa interesante y, explicable su ubicación en otra región. La zona Nor Oriental de Tayacaja mantiene vinculación económica, cultural y social permanente con la Incontrastable ciudad Wanka. La agraciada secretaria nos brinda información recargada de nerviosismo y queriendo justificar hasta lo injustificable.
El recorrido continua hacia a Huancavelica. El auto se detiene en Casma, antes de Izcuchaca. El espacio respira por caminos, canales, campos de cultivo, paredes y techo, protección de la naturaleza e identidad cultural. Novedoso y muy bien organizado el restaurante “El Arado”, que cuenta con museo de arte y artesanía, resaltando la imaginería de los hermanos Gonzales Paucar, Pedro y Javier. Hoover Dionisio y su esposa Yolanda Fernández, la hospitalaria Yola, se esmeran en brindarnos nutritivo, variado y sano menú. Mote o cancha de entrada. Caldo de gallina criolla. De fondo un guiso de quinua. Antes de retomar la vía, un mate de anís. Y, de regalo, miel de abeja.
En Huancavelica el pueblo está de fiesta. Fiesta de las cruces. Último día de la corrida de toros y correteo de aficionados. El cerro es una masa multicolor de espectadores que también disfrutan del bullicioso festejo. En calles y plazas, bandas musicales animan la celebración con huaynos, toriles y mulizas. Juegos de luces y castillos colorean y alumbran el firmamento. El toril recorre Yananaco, Santa Ana, San Cristóbal y la Ascención. Entre el tumulto y bullicio el trujillano Efraín Campos encara a Jaime Patiño que lo está buscando todo el día y no lo ha encontrado como si Huancavelica fuese grande; Patiño replica, Huancavelica de día es pequeño, pero de noche es bien grande. El cansancio del recorrido y el frío desalientan integrarnos a una de las rondas, obligando refugiarnos en el hospedaje.
Cerramos la gira en la Dirección Regional de Educación. Alfonso Encinas Bustamante, Director Regional, brinda una cálida y amena recepción. Resalta y celebra nuestro origen huancavelicano; se compromete leer la crónica Huachos que obsequiamos. Ante el Gerente de Desarrollo Social del Gobierno Regional, promete presentar, a la brevedad posible, una solicitud para modificar la norma que crea la instancia de gestión educativa local; instancia que fue creada por Resolución Ejecutiva Regional, y no por Ordenanza Regional como corresponde y, lo que es peor, inicialmente aprobaron su creación como Unidad Ejecutora, luego, como Unidad Operativa, cuando lo acertado debería ser como Unidad de Gestión Educativa Local – Surcubamba. El amigo Max Muñoz, maxitucha, el gringo, racionalizador de la DREH, tiene el encargo de proyectar el documento; y, mi paisano, Gróver Flores Barrera, Asesor del Gobierno Regional, la misión de apoyar la gestión.
Cuando ya estábamos con un pie en el auto de retorno se acercan dos profesores del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público de Ticrapo, requieren que interceda en su pedido de ampliar una nueva carrera profesional, Computación e Informática. Están cargados de molestia, frustración e incomprensión. Cumplieron con todos los requisitos y viajaron cuantas veces lo llamaron, pero, la insensibilidad burocrática los tiene en constante espera.