La última vez que el submarino envió una señal fue el miércoles.
Ese día el capitán reportó "un principio de avería" en el sistema de baterías, describiendo el problema mecánico como un "cortocircuito".
Desde la costa argentina le pidieron que regresara de inmediato a la base en Mar del Plata.
El submarino ARA San Juan zarpó el lunes 13 de noviembre desde la Base Naval Ushuaia con destino a Mar del Plata. Su última posición conocida fue a la altura del Golfo San Jorge, 240 millas náuticas (432 km) mar adentro.
El miércoles 15, el capitán del submarino informó “un principio de avería” en el sistema de baterías. Sin embargo, un vocero de la Armada afirmó que hubo una comunicación posterior a ese reporte antes de perder todo contacto, el mismo miércoles, a las 7.30. El problema se produjo por la entrada de agua a través de la tubería del snorkel y eso podría haber generado un cortocircuito en la alimentación de baterías.
El operativo de búsqueda abarca una superficie de 482.507km2. Las condiciones climáticas fueron adversas en los días clave de rastrillaje con fuertes vientos y olas de hasta seis metros de altura.
Las causas de la desaparición no están establecidas y, por lo tanto, no se descarta ninguna hipótesis respecto a la posición actual del submarino: en superficie, sumergido o hundido.
El avión P-8 Poseidón, de Estados Unidos, es un Boeing 737-800 especializado en detectar submarinos. Utiliza un magnetómetro para medir el campo magnético en el mar y detectar las variaciones producidas por grandes objetos metálicos, como el ARA San Juan. Podría revelar así la ubicación del navío.
Al amplio operativo, Estados Unidos aportó submarinos autónomos no tripulados con tecnología de vanguardia capaces de desplegarse rápidamente y de hacer búsquedas en una superficie amplia a través de un sistema que escanea el fondo del mar.
Ante un eventual rescate bajo el agua, se sumaron equipos de alta tecnología de Estados Unidos con unidades especializadas y personal entrenado para asistir a tripulaciones de submarinos.
Participan 30 unidades entre aeronaves, navíos y vehículos submarinos. La Argentina cuenta con la colaboración de nueve países: Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Francia, Alemania, Perú, Chile, Colombia y Uruguay.
Es un buque de ataque construido en Alemania en 1985. En 2004 se le realizó una reparación denominada "de media vida". Un comunicado de aquel momento afirmaba que los arreglos extenderían la vida del navío por 30 años.
Hay 43 hombres y una mujer, que es la primera submarinista del país.