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La crisis de la formalización de los pescadores artesanales peruanos

Están atrapados entre la indiferencia y la incapacidad del Estado. Desde el 2016 se iniciaron trabajos de formalización, pero son suficientes. Y mientras esperan, naufragan en papeleos burocráticos que pueden dejarlos sin poder pescar.

“Para avanzar en la formalización no se trata solamente de ampliar los plazos, sino también de abordar y resolver los nudos y cuello de botella que entrampan y dificultan estos procesos de formalización”.
“Para avanzar en la formalización no se trata solamente de ampliar los plazos, sino también de abordar y resolver los nudos y cuello de botella que entrampan y dificultan estos procesos de formalización”.

 

Los pescadores artesanales están atrapados entre la indiferencia y la incapacidad de los organismos del Estado. Desde el 2016 se iniciaron los trabajos de formalización, pero los esfuerzos no son suficientes. Y mientras esperan, naufragan en papeleos burocráticos que pueden dejarlos sin trabajo.

 

El Estado peruano promueve regímenes especiales para formalizar embarcaciones artesanales que no cuentan con certificados de registro o permisos de pesca, o que quizás ya los tenían, pero con datos inexactos. Fue así que en 2016 se logró definir el régimen de Cooperativas y, en 2018, el régimen SIFORPA II. Han pasado seis años desde que el gobierno peruano anunció esta intención de formalizar a los pescadores artesanales del país y, sin embargo, el proceso sigue inconcluso.

 

 

La importancia de la formalización

 

Los retrasos y obstáculos en el proceso de formalización tienen graves consecuencias para los pescadores artesanales. No solo les hacen correr el riesgo de ser detenidos y de que les confisquen sus embarcaciones y equipos, sino que también les dificultan el acceso al crédito y a otros servicios que podrían ayudarlos a mejorar sus medios de vida.

 

¿Pero por qué es tan importante la formalización y cómo beneficiaría a los pescadores?

 

1) Garantiza que todos los pescadores artesanales operen dentro de la ley. Esto disminuye la probabilidad de conflictos con otros pescadores o con las autoridades, y ayuda a crear condiciones equitativas para todos los que participan en el sector.

 

2) Ofrece acceso a servicios y beneficios a los que de otro modo no tendrían derecho. Esto incluye asistencia técnica, programas de formación y apoyo financiero de organismos gubernamentales.

 

3) Optimiza los resultados económicos. A los pescadores formalizados les suele resultar más fácil vender sus capturas, ya que los compradores suelen sentirse más seguros tratando con operaciones legales.

 

4) Proporciona datos valiosos que pueden utilizarse para tomar decisiones sobre la gestión y la conservación de los recursos. Sin datos precisos sobre cuántas embarcaciones operan en una zona, qué tipo de artes utilizan y cuánto pescado capturan, es muy difícil tomar decisiones cómo gestionar la pesca de forma sostenible.

 

 

La formalización a la deriva

 

Juan Carlos Sueiro, director de pesquerías de Oceana Perú, profundiza en el tema: “Existen dos procesos de formalización en curso. El SIFORPA II y el de las cooperativas. En el caso del SIFORPA II, el principal problema son los Gobiernos Regionales que no cumplen la regulación de otorgar el permiso de pesca y están generando nuevos procesos que no están contemplados en el procedimiento, o, de hacerlo, PRODUCE no los registra en su listado oficial de embarcaciones. Y en el caso de las cooperativas el avance es más lento porque es un proceso de formalización que no termina en una formalización, sino que da un permiso de pesca provisional con un tiempo corto de duración y ese es el principal problema”.

 

 

A pesar de que el propio Decreto Supremo que manda la formalización de las embarcaciones tiene un artículo donde especifica que el proceso de formalización tiene que terminar en un permiso de pesca, PRODUCE no ha generado los protocolos y procedimientos para cumplir lo que el propio Decreto Supremo considera.

 

Alfonso Miranda Eyzaguirre, presidente de la Cámara Peruana del Atún (CPA), explica: “No lograr esta formalización, es costoso en términos de pérdida de espacio para la innovación, para la misma profesionalización de la actividad y para la inclusión plena del sector artesanal en la economía formal”.

 

El 8 de febrero del 2021, Mongabay alertaba que si los plazos se cumplían y los pescadores no lograban formalizarse, quedarían impedidos de extraer recursos marinos y, si lo hacían, serían considerados ilegales. Ante esta amenaza, el Indecopi declaró como impedimento de la formalización las barreras burocráticas e ilegales de la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi).

 

“Para avanzar en la formalización no se trata solamente de ampliar los plazos, sino también de abordar y resolver los nudos y cuello de botella que entrampan y dificultan estos procesos de formalización”, apunta Juan Carlos Sueiro.

 

Desde Oceana Perú seguiremos dando voz a los pescadores artesanales para hacer que se cumplan sus derechos, por una pesca sostenible y por el futuro del Perú.

 

 

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