Por: David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación Difusor de la literatura oral de la serranía chinchana |
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La cultura del menosprecio y la discriminación se ha instalado en éste régimen dictatorial, cívico y militar, donde se ha generado una ruptura que hace precaria la convivencia entre los oligarcas limeños y la población del Perú profundo; donde se ha desenmascarado el racismo y la discriminación, contra los hermanos provincianos del sur, centro y oriente de nuestra patria.
Por lo tanto estamos en la obligación de reflexionar sobre ésta realidad y prepararnos para asumir un compromiso de cambio; ésta cultura despreciativa que nos hace enfrentarnos y dividirnos entre peruanos. Mientras tanto los grupos del poder económico, siguen saqueando a nuestro país.
Se dieron cuenta que la gran oligarquía limeña, y sus medios de comunicación, nunca aceptaron que un verdadero hijo del pueblo, un provinciano llegue a la máxima autoridad, como presidente.
Lo peor aún, a alguien que no se dejó manipular y mangonear, por los grupos de poder económico, para seguir saqueando a sus anchas a nuestro país. Haciéndole un carga montón con su medios de comunicación para desprestigiarlo.
Lo discriminaron por su origen, lo insultaron que no sabía gobernar, lo acusaron por corrupto y delincuente, y hasta el momento los inmaculados, aún no encuentran una sola prueba real y contundente. Mientras que todos los sicarios de la prensa ahora están en silencio.
En el congreso, los congresistas en su desesperación vacaron a un presidente sin respetar el debido proceso. Ahora se reparten millones y nadie dice nada, todos en silencio. Los congresistas mocha sueldos, los niños; viajan a sus lugares de origen, y el resultado de ésas diligencias es prácticamente nulo, no sirve para nada.
Los precios de los alimentos suben a diario y están por las nubes y esos periodistas mermeleros, ahora están calladitos, la delincuencia ha tomado las calles y todos están en un silencio sepultural, los asesinatos se están haciéndose costumbre en nuestras ciudades y a ningún medio de comunicación le llama la atención ésta realidad.
Las instituciones del estado están llenos de burócratas y autoridades corruptos, personajes sin título y con denuncias por corrupción, mientras la prensa y todos los periodistas sicarios se mantienen en silencio.
Recuerdan que el régimen anterior, los periodistas estuvieron más inquietos, más acuciosos en sus investigaciones.
Hoy violan la constitución a diario, y todos los periodistas mermeleros, están calladitos. De la misma manera se viola los derechos humanos de los compatriotas, donde fueron asesinados más de setenta compatriotas de provincias y que sus vidas no valen nada; y ahora todos están callados, los fiscales se olvidaron de las carpetas fiscales.
Bueno ya se acabó la corrupción en el Perú, ahora están los más aptos, los más presentables, los más capaces, los incorruptibles. ¡Que viva el Perú carajo! Mientras la usurpadora y los asesinos nos gobiernan.
Chincha, agosto de 2023
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