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La más asquerosa metodología de la extrema derecha y de los corruptos es “terruquear”, para ganar adeptos, mentir al pueblo, luego desacreditar -con alevosía- a personajes de gran valía, como sucede con el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo Iber Maravi, cada día el ataque es con más odio y maledicencia.
Los que atacan no han tenido infancia ni juventud, porque nacieron en cuna de oro y tuvieron juguetes de marca, se alimentaron con leche importada, y comieron en restaurantes de lujo, viviendo en casas atemperadas, con ventiladores y con empleadas hasta para limpiar el cucú, en la que casi todas eran violadas. Estos elementos retardos mentales que no leyeron a Ingenieros, Gonzáles Prada y a tantos escritores que, desde épocas pasadas, hablaron del vivir execrable de la derecha.
Anoche Rosana Cueva, por Panamericana, derramó su odio y enfermedad neurótica, para atacar miserablemente al ministro de Trabajo Iber Maravi, acusándolo de todo, arrojándole excremento contra el referido profesor provinciano, como si luchar significara un delito. Atentan contra la Constitución que ampara la libertad de opinión y conciencia política. Esta supuesta retardada mental, vocera de la derecha explotadora, una perfecta ignorante en materia constitucional y de los Derechos Humanos, hizo trizas a la ley de leyes. Es la forma negra de hacer periodismo, con mentalidad colonial, es que solo tienen razón los barbudos que vinieron al Perú, dejando el pastoreo de chancos, o sus descendientes.
La antinacional Rosana Cueva, periodista sirviente de la derecha, no tiene compasión y acto de humanidad, para atacar a un luchador social, que se sumó al combate en el tiempo de la efervescencia de los reclamos y de las justas luchas sindicales. Los periodistas no son lacras ni gente que han subastado su cerebro, para ganar plata por su servilismo y mancillar el honor y reputación de sus hermanos. Deben ser personas inclaudicables en su principio, no ganarse la plata pegándose a la derecha por un plato de comida, como lo hace la sagaz Cueva, que padece de una patología crónica rubricada en atacar a sus hermanos.
La epístola, libreto, de Rosana Cueva es vacar al presidente Pedro Castillo Terrones valiéndose de cualquier artificio. Para ella y sus patrones los ministros, algunos, como el Premier son terrucos, o son líderes de criminales terroristas.
Para los granujas el pueblo no tiene derecho a protestar, ni pensar. Se trata de la reencarnación de los genocidas españoles que mataron a 30 mil nativos en Cajamarca, bajo la cruz de Valverde, en busca del oro y la plata.
El hervidero cloacal de Panamericana y su vocera Rosana Cueva, no es más que la lucha de peruanos, con mentalidad asesina, contra peruanos honestos, fundamentalmente de patriotas del interior, que se dan cuenta de la lucha macabra emprendida por la derecha, que tiene como objetivo de tumbarse al gobierno. Los caines de Lima encuentran en Maraví, apellido cholo, hasta el mínimo detalle, por ser, hijo de un modesto profesor provinciano, que educó a su hijo en la Universidad San Luis Gonzaga de Ica. Basta pues de la campaña sucia de la derecha que dominó durante 200 años, que no deja gobernar al presidente Castillo, como los pájaros que se pegan en los lomos de otras especies para chupar la sangre, o como cóndores que sacan los ojos de los becerros para sobrevivir.
Los buitres quieren sangre decía el periodista chinchano Miguel Ortiz Tipacti.
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Titular del @MTPE_Peru, Iber Maraví: "No tengo ninguna sentencia, no tengo ninguna condena firme ni consentida, ni tengo procesos de investigación (...) estoy expedito para asumir cualquier cargo". ?https://t.co/BqpcJuoJn7 pic.twitter.com/6qjL1xDpme
— TVPerú Noticias (@noticias_tvperu) August 24, 2021
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