Autor: Instituto Peruano de Economía - IPE
Durante la primera mitad del 2022, la economía peruana creció 3,5% con respecto al 2019. Sin embargo, persisten importantes diferencias a escala regional. Mientras que cinco regiones aún no recuperan su nivel prepandemia, una ha logrado crecer a doble dígito. Estas diferencias se explican principalmente por el impacto de nuevos conflictos mineros, el dinamismo del sector comercio, la reactivación del turismo y los cultivos más representativos de cada región.
Dos caras de la minería
Ica es la región que más creció económicamente en el primer semestre del 2022 al registrar una expansión de 17,3% respecto al mismo período del 2019. Este resultado se explica, en gran parte, por la expansión de la minería. En particular, la producción de cobre de la región se triplicó respecto al nivel prepandemia (+242%) ante el inicio de operaciones de Mina Justa en julio del año pasado. La producción cuprífera de Ica representa el 8% del total nacional.
En contraste, la economía de Apurímac anotó la mayor caída en la primera mitad del año (-21,6%), en comparación con su nivel prepandemia. Ello se debe fundamentalmente a la paralización de operaciones de la mina Las Bambas por un total de 50 días entre mayo y junio pasados, producto de conflictos sociales. Con ello, la producción de la tercera mina de cobre más grande del país disminuyó en 45,6% respecto a la primera parte del 2019, una caída incluso mayor a la registrada durante el mismo período del 2020 (-29,1%) ante las estrictas medidas de cuarentena.
Por otro lado, si bien la actividad de Moquegua se ubicó 9,6% por encima de lo registrado en el primer semestre del 2019, la economía de la región se contrajo 6,1% con respecto a la primera mitad del 2021. Ello se debe a la reducción de la producción de cobre en 31,8% como consecuencia de la paralización de la mina Cuajone entre marzo y mayo de este año. Dicha caída es la más fuerte en más de dos décadas.
Más consumo, más comercio
El sector comercio registró un crecimiento positivo en todas las regiones del Perú en el primer semestre del 2022. Dicho incremento estaría asociado, entre otros factores, a un mayor dinamismo de las compras por Internet. En los últimos tres años, el tráfico de Internet en teléfonos móviles se duplicó, y los pagos por banca virtual se multiplicaron por cinco. Además, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), entre enero y marzo de este año, el número de peruanos que utiliza generalmente su celular o Internet para comprar alimentos se triplicó con respecto al 2021. En particular, destaca Piura donde dicho número se multiplicó por más de 12.
Otro factor detrás del buen desempeño del comercio es la reactivación gradual del turismo a partir del levantamiento de las restricciones de aforo, reflejado en un mayor tráfico aéreo de pasajeros. Sin embargo, el sector aún se encuentra lejos de recuperar sus niveles prepandemia. Por ejemplo, entre enero y julio del 2022, el aeropuerto internacional Jorge Chávez registró la entrada y salida de 10,4 millones de pasajeros, 2,3 millones más que en el mismo período del 2021. No obstante, dicha cifra aún se ubica 24,1% por debajo del nivel del 2019, equivalente a 4,1 millones de turistas menos. De manera similar, el aeropuerto internacional Alejandro Velasco Astete de Cusco recibió un movimiento de 1,5 millones de pasajeros en los primeros siete meses del año, aún 700.000 pasajeros menos que antes de la pandemia (-28,5%).
Tendencias en el agro
En el primer semestre del 2022, el sector agrícola creció 11% con respecto a su nivel prepandemia. Dicho incremento estuvo asociado principalmente con la mayor producción de uva (+45%), palta (+42%), papa (+18%) y arroz (+13%). No obstante, dicho efecto fue compensado parcialmente por la caída en los cultivos de algodón (-50%), espárrago (-21%) y café (-6%).
En los próximos meses, se espera que la agricultura mantenga una tendencia positiva, sobre todo si se considera que la brecha de urea se redujo a solo 10% en agosto (de un máximo de 80% en marzo). No obstante, los altos precios de los fertilizantes –que aún se mantienen por encima del doble de los niveles prepandemia– continuarán siendo un reto importante y podrían generar una transición hacia la siembra de cultivos menos intensivos en su uso, especialmente en las regiones de la costa.
Para el segundo semestre del 2022, se espera un mayor ajuste de la actividad económica, que ya empezó a materializarse en julio con un débil crecimiento del producto bruto interno nacional de apenas 1,4%. En este contexto, las elecciones municipales y regionales 2022 serán importantes porque las próximas autoridades subnacionales no solo tendrán el reto de aprovechar eficientemente los recursos públicos, sino también de generar un clima propicio para las inversiones que permita crear empleos de calidad.
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