Por: Eucadio Gutiérrez Solano

La crisis asombrosa y penosa de la educación peruana comenzó hace 30 años, desde que Alberto Fujimori asumiera la presidencia del Perú. En pocas palabras podemos afirmar que la educacion fue reconfigurada para producir en cadena estudiantes que luego serían buenos trabajadores, obedientes, sumisos para un modelo económico neoliberal que tenía necesidad de ellos.

A partir de ese momento fue decayendo paupérrimamente hacia la catástrofe con los sucesivos presidentes que, a su mejor estilo de vida, pusieron parches y más remendones ridículos a la educación, dándoles el nombre pomposo y cautivador de Reforma Educativa, traficando -así- con los fines de la educación nacional. Años más tarde, los organismos medidores de la calidad educativa ubicaron a los estudiantes del Perú en el “último” lugar de Latino América, y el Caribe, constituyendo -de tal modo- la peor Educación que se imparte en esta parte del continente. 

Ante esta escalofriante realidad de la educación nacional los gobiernos se callaron, y la prensa nacional, cómplice del mal, solo se atinaron dar escuetos los datos escalofriantes de la miseria educativa que se impartían en las escuelas y colegios. Así, llegamos al extremo que, un presidente supuestamente con demencia senil, economista de paso, y ciego en el quehacer educativo, en un abrir y cerrar los ojos, con la falaz complacencia del Ministerio de Educación, incrementó las horas de Educación Física y Artes, como si tratase de un juego de birlibirloque, o de un mago engaña muchachos, que saca debajo de su manga una paloma,. Esto sucedía, como se denunció, en su oportunidad, dado a que el ministerio del ramo estaba poblado por bachilleres de otras especialidades, y un ministro preparado para ser parásito de las potencias, desligado de los fines nacionales.

La paupérrima educación nacional que desangraba por todos lados, necesitaba una terapia urgente. Lamentablemente, los gobiernos ignoraron conscientemente, uno tras otro, que la educación peruana requería de un cambio integral, donde debía incluirse todos los niveles educativos. Los precarios inquilinos del Ministerio de Educación, genuflexos y de mentalidad oxidada, creyeron que, con cantos de sirena y poniendo parches, se mejoraría la educación, cuando en el fondo se le estaba aplicando una dosis letal, para el embrutecimiento de la masa estudiantil. Se iba por el camino de la pauperización e idiotización.

El resultado de la catástrofe lo vemos en la actualidad. El incremento de la estupidización y de la ignorancia. El aumento geométrico de la criminalidad, robos, feminicidio, desocupación, invasiones, politiquería, votos inadecuados, corrupción generalizada y pérdida de identidad, entre otras facetas deleznables, son la consecuencia   de la peor educación que se imparte en el Perú, que es la vergüenza mundial. Pero, aquí no pasa nada, todo está bien. Hay que sacarse los sombreros y arrodillarse ante el gringo “loco”, que se burló de los peruanos, y los “ilustres” funcionarios anidados en el Ministerio de Educación.

Ante el descalabro de la educación peruana, quienes sabemos algo de la educación, no podemos callarnos, por la aguda crisis educativa que atraviesa el Perú. Se está haciendo pasar gato por liebre. El presidente Francisco Sagasti, producto del golpe, es un personaje que ha demostrado su ignorancia en el campo educativo. Su incapacidad hace mucho daño al país. Por ejemplo, es un tremendo fracaso la educación virtual que se imparte, pues los conductores o diseñadores no conocen la filosofía de la educación nacional, ni menos la identidad peruana. Son muñecos distractivos, diseñados para el proceso de aprendizaje por dramaturgos preparados para atraer a personas de poca capacidad mental.

Los candidatos Pedro Castillo y Keiko Fujimori tienen en sus manos, si es que llegan al gobierno, hacer la verdadera Reforma Educativa. Basta ya de parches y remendones. El papá de Keiko es la causante de la idiotización educativa. Su fórmula de “excelencia educativa” lo estamos viendo ahora.  Se trata de la existencia de muchos tarados mentales sin el espíritu crítico que otorga naturalmente el Conocimiento.

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EL PERÚ SEGÚN EL CLAN DE LOS FUJIMORI.

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