La fascinante historia del GPS: el invento militar que ha cambiado la forma de viajar, encontrar un restaurante o salir al campo
El 1 de septiembre de 1983, el vuelo 007 de Korean Air despegó a la una de la tarde del aeropuerto de Anchorage en Alaska (EE UU), en su ruta de Nueva York a Seúl (Corea del Sur).
En su interior viajaban 246 pasajeros y 23 tripulantes de cabina. El comandante fijó el piloto automático en marcación magnética constante, pero con un error que desvió la aeronave más al norte sobrevolando la península de Kamchatka, cruzando el frío mar de Ojotsk sobre la isla Sajalín y enfilando directo hacia la base de la flota soviética en el Pacífico, Vladivostok. Ignorando su situación, el piloto se sorprendió al ver que de repente un caza cortaba su rumbo y se situaba justo al lado de la cabina.
Todavía quedaban seis años para el colapso de la Unión Soviética, y la Guerra Fría pasaba por uno de sus momentos más tensos. El mando soviético había enviado dos cazas Su-15 y dos Mig-23 para interceptar el avión coreano. “Pude ver dos filas de ventanas, que estaban iluminadas”, dijo el piloto soviético, el coronel Gennadi Osipovitch, en una entrevista de 1998 con CNN. “Me preguntaba si era un avión civil. Los aviones militares de carga no tienen esas ventanas. Me pregunté qué tipo de avión sería, pero no tuve tiempo de pensar. Tenía un trabajo que hacer. Empecé a señalarle [al piloto] en código internacional. Le informé que había violado nuestro espacio aéreo. Él no respondió”. Dos misiles destrozaron el avión comercial enviando los restos de su carcasa al agua helada. Todos los pasajeros y tripulantes murieron en el acto. La tragedia conmovió al mundo y tensó las ya de por sí difíciles relaciones entre EE UU y la Unión Soviética —en el vuelo 007 KA viajaba un congresista norteamericano—.
Como consecuencia, el presidente estadounidense Ronald Reagan, para evitar tragedias semejantes en el futuro, tomó una decisión que cambió el mundo tal y como lo conocemos. Puso a disposición del público, y de forma gratuita, una tecnología militar que había dado la ventaja estratégica a los americanos hasta la fecha: el GPS. Con este sistema de navegación el vuelo 007 KL hubiese llegado a Seúl sin desviarse de su ruta.
Un sistema de posicionamiento mundial que, curiosamente, se gestó con otra acción soviética: el lanzamiento del satélite Sputnik en 1957. Los investigadores del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) advirtieron que la frecuencia de captación de los pitidos emitidos por el satélite ruso decrecían según se iba alejando este (por el efecto Doppler), y que este fenómeno podría utilizarse para determinar la ubicación, velocidad, ruta y elevación de cualquier vehículo sobre la superficie terrestre. En 1959, la armada estadounidense ya disponía de su sistema Transit, el precursor del GPS.
Imagen del dispositivo Garmin inReach Mini 2, navegador que ha llegado a intervenir en más de 8000 rescates.
¿Qué es el GPS?
La tecnología GPS mueve actualmente más de 85.000 millones de euros. Si mañana fallase, los bancos se desplomarían, la navegación comercial aérea, terrestre y marítima se paralizaría y las grandes cosechas de cereal no podrían ser recogidas. Es el reloj mundial con precisión atómica. Hasta el año 2000, la población civil no disponía de un GPS totalmente libre, pero hoy son los ojos de nuestra sociedad. Por ese motivo, tanto Rusia, con su sistema Glonass y la Unión Europea, con Galileo, disponen de sus propios sistemas de navegación por satélite.
El sistema GPS (Sistema de Posicionamiento Global) es mantenido por un pequeño retén de técnicos de la Fuerza Aérea estadounidense, conocido como Team Blackjack, que manejan 31 satélites desde la base Schriever, en Colorado. Los satélites dan dos vueltas a la tierra al día en órbitas fijadas, a una velocidad de 11.000 Kilómetros por hora y a 19.300 Kilómetros de altitud, y emiten señales las 24 horas que son captadas por los receptores GPS. A través de la trilateración (el receptor mide la distancia a cada uno de los satélites captados por la cantidad de tiempo), el dispositivo GPS puede informar al usuario de su situación exacta en el planeta. Cuántos más satélites capte el dispositivo, más fiable será su medición de la latitud, la longitud, la altitud, el tiempo y la velocidad en ruta.
Con la llegada de los móviles inteligentes y sus múltiples aplicaciones, este sistema se ha expandido de tal manera en el ocio, trabajo y aplicaciones móviles que simplemente se ha convertido en una rutina invisible. Apenas somos conscientes de su uso.
Gracias al GPS usted puede saber no solo adónde va, por dónde va y cuánto tiempo tardará en llegar, también puede recibir información práctica.
¿Qué puede hacer, además de decirle dónde está, el GPS en sus viajes?
Es su primera vez en Bangkok y quiere ir al Gran Palacio Real desde su hotel. Casi sin pensar busca en la aplicación Google Maps de su móvil y resulta que no está a más de 10 minutos a pie. Si no es un día tórrido en la capital tailandesa, en vez de coger un taxi o un tuktuk decide ir caminando tranquilamente, sabe que no se va a perder. La función más evidente del GPS, la que se utiliza a diario, sobre todo en viajes, es la navegación entre dos puntos. Pero tiene otras muchos.
Conectarse con el entorno. Gracias al GPS usted puede saber no solo adónde va, por dónde va y cuánto tiempo tardará en llegar, también puede recibir información práctica como la ubicación de hospitales, comisarías, hoteles y, por supuesto, los restaurantes tailandeses mejor valorados en la red.
Estar en contacto con el grupo. Para seguir con el ejemplo, es posible que quiera quedar dentro del enorme complejo palaciego de Bangkok con un compañero de viaje. WhatsApp, por ejemplo, permite compartir la ubicación en tiempo real con una o varias personas, durante hasta ocho horas, si activa la función Enviar ubicación en tiempo real. Esto es especialmente útil cuando se realiza una ruta de senderismo o ciclismo con un grupo muy heterogéneo y se necesita saber la situación y el tiempo estimado de llegada de cada uno de los integrantes.
Viajar más seguro. La ubicación en tiempo real de WhatsApp es una herramienta maravillosa para estar en contacto y estar localizado.
Otras aplicaciones para móviles, como CAIRN, pueden además enviar mensajes de inicio y finalización de ruta, gestionar la batería para que no se agote durante la navegación e informar de la reserva de esta, o enviar a familiares y contactos mensajes de “sigo bien” en condiciones al aire libre donde no hay cobertura para los móviles.
Saber dónde están los niños. El GPS puede darle un plus de seguridad gracias a los localizadores. AngelSens, por ejemplo, es un dispositivo que se desarrolló para niños con necesidades especiales y que actualmente se utiliza para monitorizar su actividad y ubicación y comunicarse con ellos en caso de emergencia. También existen collares con localizadores GPS para perros y gatos. De hecho, con los localizadores también es posible controlar la ubicación de sus tablas de esquí o su bicicleta, en caso de pérdida o robo.
Recibir alertas con suficiente antelación. Si después de su estancia en Bangkok decide viajar al sur de Tailandia quizá le interese descargarse la aplicación Tsunami Warning, para no vivir una aventura tipo Lo Imposible. El programa monitoriza terremotos y tsunamis en todo el mundo, y avisa a sus usuarios por SMS, voz y correo electrónico. Gracias a los receptores GPS instalados en el suelo, las autoridades pueden determinar el epicentro de un terremoto, su magnitud y si este va a producir un tsunami, para avisar así con suficiente antelación a la población susceptible de sufrir las consecuencias.
Pedir ayuda incluso inconsciente. También puede ser utilizado como elemento de seguridad pasivo, en el que usted no tiene que estar pendiente del móvil. Por ejemplo, el casco inteligente EVO21 para ciclistas detecta caídas del ciclista y, si a los 90 segundos, no registra actividad del usuario envía un SOS a los contactos seleccionados del móvil con la ubicación precisa. Una función fantástica, sobre todo cuando se tiene un accidente fuera de la carretera y la visibilidad no es buena.
¿Móvil inteligente o dispositivo GPS?
Tanto los móviles como los relojes de muñeca smartwatch funcionan como navegadores excelentes, aunque difieren de los dispositivos GPS tipo Garmin en que su sistema suele ser A-GPS (sistema de posicionamiento global asistido) y no se conectan directamente con los satélites, sino que recogen la información de los repetidores o la red WiFi. Mientras use las funciones GPS en un entorno con bastante cobertura, como las ciudades, el móvil le dará un buen servicio. El problema llega cuando se viaja a regiones remotas, donde las compañías de teléfono no suelen tener usuarios.
En tales circunstancias, un dispositivo GPS que contacta directamente con los satélites será más fiable. Por supuesto, la precisión del dispositivo dependerá de las condiciones atmosféricas (las nubes interfieren con las señales de los satélites) y del relieve y vegetación del entorno (bosques, grandes picos, etcétera). Pero en general, los dispositivos GPS serán una mejor elección si su viaje transcurre por zonas al aire libre y poco habitadas: son más resistentes a las inclemencias como el polvo o la lluvia, a bajas temperatura no descargan la batería, en el extranjero puede ser una forma de navegación mucho más barata que el móvil y, en caso de que sea de su interés, su navegación es privada.
Este artículo fue publicado primeramente en El País.