Escondido en lo alto de las montañas suizas, el complejo hotelero de Bürgenstock ha hecho historia albergando a estrellas de cine y a poderosos financistas en el siglo XX. En 2002, el Gobierno y los rebeldes de Sudán negociaron allí un cese del fuego.
Este fin de semana (15-16 de junio), representantes de más de 90 naciones celebraron conversaciones sobre cómo llevar la paz a Ucrania. Pero, esta vez, los objetivos eran más modestos. Rusia no estaba invitada, ni demostró interés en asistir, lo que llevó a China, su aliado, a boicotear el encuentro.
Los anfitriones suizos dijeron que esperaban sólo sentar algunas bases para futuras negociaciones, en el largo camino hacia la paz. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sin embargo, insistió en que se estaban gestando acontecimientos históricos.
La Conferencia sobre la Paz en Ucrania le dio la bienvenida a naciones más allá de la lista habitual de invitados a las reuniones de los partidarios de Kiev, intentando apartarse de las acusaciones que a menudo se lanzan sobre las potencias occidentales, de que estarían resonando entre sí.
Parolin: El diálogo es la única vía para una paz justa en Ucrania
El cardenal secretario de Estado intervino como observador en la conferencia para una solución en el país del este de Europa, que concluyó ayer 16 de junio en Suiza. Sus palabras incluyeron un llamamiento al "diálogo entre las partes", así como al "respeto del derecho internacional" y de "la soberanía de cada país". El cardenal también hizo un enérgico llamamiento a la protección de los niños y los prisioneros "tanto civiles como militares".
Respeto del derecho internacional
En su discurso, el cardenal también se detuvo en el "respeto del derecho internacional", reiterando "la vigencia del principio fundamental del respeto a la soberanía de cada país y a la integridad de su territorio".
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