La “herranza huachina” es una ceremonia que tiene como objetivo agradecer por el ganado a la Pachamama y a los Apus (entidades espirituales representadas por los cerros) y marcar a los animales (de distintas maneras) con ciertos símbolos dependiendo del tipo de animal y de su sexo.
La celebración comienza con las “mesas” de ofrendas (mesa mastay) para “pagar” a los Apus. El “pago” incluye ofrendas como la cal para mascar coca, hojas de coca, cigarrillos, licor, chicha de jora, pasteles, frutas, caramelos y galletas... Además se realiza el shactacuy o shactamicuy (llaqtamikhuy, en quechua “comida a la tierra”), el ritual de alimentar a la Pachamama.
Luego comienza la herranza en sí. El ambiente se ve animado por los cantos de las mujeres, que entonan coplas en quechua acompañándose de los tambores tinya (en una interpretación colectiva conocida como “tinyada”) y el barajo, hecho de cachos de toro.
Al mismo tiempo se juega con harina, agua y serpentina, se masca coca, se fuma y se bebe en un ambiente de comunidad que ayuda a estrechar los lazos entre familias.