Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista enSaluderecho |
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“Trata a los demás como quieres que te traten a ti”, es la inscripción de la “Regla de Oro”, un mosaico obsequiado por Estados Unidos de Norteamérica a la ONU (La Organización de las Naciones Unidas); o, dicho de otra manera, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; “porque en eso se resumen la ley y los profetas”.
Casi cerca de un cuarto de siglo desde que se emitió la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, el 16 de noviembre de 1995, se ha comprobado que “en el mundo moderno, la tolerancia es más esencial que nunca”, y que su antónimo, la intolerancia, persiste.
Tolerancia, de acuerdo a la segunda acepción de la Real Academia Española es “Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias las propias”
“La tolerancia es un acto de humanidad, que debemos alimentar y practicar cada día en nuestra propia vida, a fin de celebrar la diversidad que nos hace fuertes y los valores que nos unen”, según definición de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay.
“La tolerancia no es un fin, sino un medio. En su forma más simple y básica, la tolerancia consiste en reconocer a los demás el derecho a que se respete su persona e identidad” (Norberto Ovando).
La Declaración de Principios sobre la Tolerancia, indica en qué consiste la tolerancia, “en la armonía en la diferencia”; explica lo que no es tolerancia; “no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia”; refiere qué pasa cuando la tolerancia desaparece, “ no puede haber paz”, y pone de relieve los peligros de la intolerancia, que de solo imaginarlos estremecen; motivo por el cual “Los individuos, los grupos y los Estados tienen del deber de practicar la tolerancia siempre”.
Las naciones firmaron y se comprometieron conjuntamente a cumplir la mencionada Declaración, alarmados “ por la intensificación actual de los actos de intolerancia, violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo, antisemitismo, exclusión, marginación y discriminación perpetrados contra minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas, refugiados, trabajadores migrantes, inmigrantes y grupos vulnerables de la sociedad, así como por los actos de violencia e intimidación contra personas que ejercen su derecho de libre opinión y expresión”.
La dos veces milenaria discriminación contra la comunidad judía, es uno de los casos más conocidos de antisemitismo, calificado “como una yerba venenosa” por Robert Badinter, ex ministro de justicia de Francia de 1981 a 1986.
El campo de batalla era otro, hoy es la Internet donde ha nacido una nueva forma de intolerancia, el llamado “linchamiento digital”, otra forma de violencia; alimentado con arengas divisionistas.
Diversas formas para fomentar la tolerancia se han propuesto, todas urgentes; en primer lugar, “la educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia”; a los estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de todos los grupos e individuos de la sociedad; y a los usuarios de la red que son miles de millones de habitantes, va dirigido los “10 pasos para la tolerancia en Internet”; entre los cuales están la de “pensar antes de realizar una crítica y cortar las cadenas y memes que ridiculizan ideas o colectivos discriminados”.
Para el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, “Sin embargo, la tolerancia se está sometiendo a prueba. En un contexto de presiones económicas y sociales, algunos intentan explotar los temores y destacar las diferencias a fin de avivar el odio a las minorías, los inmigrantes y las personas desfavorecidas”.
Antonio Guterres, actual Secretario General de la ONU convocó a “padres, maestros, líderes políticos: todos debemos actuar con urgencia antes de que el odio encubierto se convierta en una abierta y alarmante normalidad”. Guterres dijo el pasado 7 de noviembre que “las personas no nacen para odiar; la intolerancia se aprende y, por lo tanto, se puede prevenir y desaprender”. En suma, “La tolerancia, ni indulgencia ni indiferencia: respeto”.
@luforero4 |
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