Por: David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación Difusor de la literatura oral de la serranía chinchana |
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La inseguridad ciudadana en nuestro país es indignante, pues nos tiene permanentemente en la incertidumbre, el incremento de la delincuencia es alarmante: los vulgarmente llamados “cogoteros”, asaltantes, secuestradores, violadores, sicarios, marcas, drogadictos, etc. cuanto más se lucha contra éstos, mayormente acontece con más intensidad y fuerza por doquier, y en cualquier hora del día y noche en todas partes sin límite alguno.
Podríamos decir que esta lacra continuará porque como seres humanos vivimos en una ignorancia total, tanto así que no estamos preparados ni capacitados aun cuando no es responsabilidad de nosotros como ciudadanos, sino la responsabilidad le pertenece a las “autoridades competentes”.
¿Quién no ha sido atacado y asaltado en la puerta de su casa ? la repuesta también la tiene Ud., nuestros hijos, nuestras esposas y todos en general; somos, pues, constantemente asaltados, cogoteados, golpeados en los mercados, en los paraderos, en las carreteras, en los lugares oscuros, como los famosos puentes que alivian el transito; pero se vuelven guaridas de malhechores.
En estos lugares somos amenazados con armas blancas o de fuego, obligándonos a entregar todas nuestras pertenencias, que muchas veces son céntimos que tenemos solo para nuestros pasajes y un mísero menú, ya que solo para eso alcanza nuestro sueldo; y tras de cuernos hasta se llevan nuestros documentos, que para sacar duplicados que son solo una copia simple, cuestan un dineral y una burocracia tremenda que, para desgracia es un día de trabajo perdido y se dan el lujo de quitarnos el dominical ósea que por todos lados encontramos delincuentes, algunos mal trajeados, otros uniformados y otros, hasta con corbata.
De esta manera ya no podemos identificarlos (que se pongan de acuerdo) pues será que ya estamos en el infierno porque la deuda es bien caliente; bueno, volviendo al tema, estos son lugares donde muchas veces, jamás hay un efectivo policial; da la impresión que no llegan allí, porque también tienen miedo, entonces para que les pagamos? Si ni siquiera nos dan seguridad ciudadana.
Los secuestros o extorsión a escolares, a pequeños comerciantes, empresarios, etc. En muchas oportunidades casi no nos enteramos que ante las autoridades pasan desapercibidos por temor a represalias, y de saber que se les denuncia, y a los días se les ve en las mismas faenas.
Esta lacra está al acecho continuamente, ya no hay seguridad ciudadana de ningún tipo, muchas veces cuando desvalijan nuestras casas en camiones como si fuera mudanza, los vecinos contemplan con impotencia al no poder hacer nada, por temor a una agresión contra ellos también.
El sicario asesina a diestra y siniestra ante la ausencia casi total de efectivos de seguridad, siendo estos mismos en muchos de los casos, cómplices.
Carecen de vergüenza todos estos delincuentes, aunque está demás decirlo. Dice una frase bíblica el perverso no conoce la vergüenza. Se burlan de todas las autoridades y no tienen miedo a morir, pues llevan la sangre fría de la delincuencia en sus venas.
Frente a este hecho alarmante, debemos de mantenernos incesantemente en alerta a través de los medios de comunicación. También es necesario estar organizados en los barrios, en el conjunto habitacional, en la urbanización, y también en las unidades vecinales, y AA.HH, a fin de protegerse de esta desviación social que perturba la tranquilidad de la población, atentando contra la salud y la vida de la ciudadanía y desprestigiando más a las instituciones y la imagen de nuestro país.
Chincha Alta, junio de 2023
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