La ‘maldita costumbre’ de ciertos jóvenes peruanos de caer en el extremismo
Eso ocurrió a fines del siglo XX, pero la historia parece que vuelve a repetirse en el siglo XXI - VIDEO
El artículo 2°, numeral 3 de la Constitución de 1993, estipula lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público”.
Sin embargo el programa televisivo "Punto Final" cuenta "la increíble historia" de jóvenes peruanos que se han convertido al Islam y es el caso de lo que sucede en Abancay, donde muchos estudiantes universitarios demuestran su fervor radical por esta creencia que lo consideran como la panacea contra todos los males habidos y por haber. Además, ya son varios que han viajado a Irán para una mejor adoctrinación según “Punto Final”.
Todo bien, pero la historia debe hacernos recordar un fenómeno similar ocurrido en los años 60-70 del siglo XX, cuando el que es hoy el mejor amigo del Perú - la China – exportaba su ideología maoísta para introducirlo en la conciencia de muchos jóvenes peruanos de la sierra y que finalmente trajo como consecuencia, unos años más tarde, una de las etapas más negras y trágicas de la historia peruana.