En OPINIÓN LIBRE |

La mina colonial de Santa Bárbara - Huancavelica

Ni plata, ni oro: Azogue

Tres fueron los socavones más conocidos de la mina: Chaclatacana, San Francisco y Santa Bárbara. Refieren las crónicas y las leyendas que se podía acceder a ellas montado a caballo. Y, que el mundo interior de la mina era una ciudadela con calles, casas y una plaza de toros.
Tres fueron los socavones más conocidos de la mina: Chaclatacana, San Francisco y Santa Bárbara. Refieren las crónicas y las leyendas que se podía acceder a ellas montado a caballo. Y, que el mundo interior de la mina era una ciudadela con calles, casas y una plaza de toros.

 

 

Por: Ferrer Maizondo Saldaña huachosperu@gmail.com



Las ciudades y los pueblos en nuestro país, a partir de la llegada de los españoles, viven al amparo de un patrón católico, santo o santa. La comunidad no escogía al santo, generalmente era impuesto. Respondía o responde a diversos criterios.

 

En unos casos para implorar la salvación de los males que afecta a la población; en otros, para celebrar las bonanzas o la buena cosecha; y, posiblemente, el criterio del párroco del vecindario decidió para considerar a determinado santo. Todas estas elecciones no impidieron la práctica de múltiples cultos autóctonos  de mayor valor histórico.

 

En Huancavelica la denominación Santa Bárbara se refiere a un yacimiento de mercurio y cinabrio, la mina más importante de la época colonia en América que los españoles comenzaron a explotar a partir de 1566. El mercurio que es conocido también como azogue era un metal de suma utilidad para las minas del Perú y México, facilitaba el refinamiento del oro y la plata.

 

Una carta fechada en 1764, dirigida a los reyes de España testimonian su valor:


“La mina de Huancavelica, no produce plata, ni oro; pero produce el azogue, un ingrediente tan necesario, para el beneficio de todas las minas de oro, y plata del Reino. Es la única que se trabaja en este metal, y es propia, y perteneciente a Vuestra Majestad. Provee al Perú, y ha proveído a México, a donde en muchas ocasiones se han remitido cantidades crecidas de Azogue”

 

Tres fueron los socavones más conocidos de la mina: Chaclatacana, San Francisco y Santa Bárbara. Refieren las crónicas y las leyendas que se podía acceder a ellas montado a caballo. Y, que el mundo interior de la mina era una ciudadela con calles, casas y una plaza de toros.

 

 

 

En Santa Bárbara no todo era riqueza, opulencia, fiesta y trabajo. El ambiente era y es de alta toxicidad. Constantes derrumbes, sobre explotación humana, muertes y abandonos. Tenía la denominación también de “la mina de la muerte”.

 

Referente a la mina Santa Bárbara, considerada  en sus mejores épocas como "la joya de la corona"  o “la preciosa alhaja de la corona española”, el incansable viajero y científico Antonio Raimondi, menciona:


"Del tan ponderado mineral de azogue de Huancavelica solamente nos han quedado sus espaciosos y largos socavones, como un monumento histórico del estado en que se hallaba la minería en el Perú al principio de este siglo."                                                                                                                  

 

El trajín del azogue por la ruta de la Cuenca del Río San Juan hasta el puerto de Tambo de Mora

 

 

Compartir:
whatsapp facebook twitter email
copiar
RELACIONADAS

SUSCRÍBASE AL BOLETÍN DE HUACHOS.COM

Recibe las últimas noticias del día

Su Nombre Completo
Correo Electrónico


TE PUEDE INTERESAR
Escribe tu comentario