Por: David Vilcapuma Gutiérrez - Licenciado en Educación

El fantasma de la discriminación, el racismo e intolerancia de la elite oligárquica del Perú radicada en Lima, y algunos caciques de las universidades particulares y medios de comunicación, que tenía en sus manos el control total de las diferentes esferas del poder, se ha desenmascarado en nuestro país.

Esta elite del poder económico, coludida con la mafia y la corrupción se habían enquistado en nuestro país, saqueándolos descaradamente en estos últimos 30 años, bajo el amparo de la constitución vigente. Donde la mafia mediática de los medios ha enfermado y destruido la mente de los ciudadanos, donde el miedo remplazó a los valores y el odio remplazó el amor, donde los políticos, autoridades, empresarios y dueños de los medios de comunicación  están involucrados claramente con la corrupción, aquí un contraste real de este hecho repugnante que es vigente en nuestro país.

Desde Alberto Fujimori (1990-2000), quien actualmente purga condena por 25 años de cárcel, Alejandro Toledo Manrique (2001-2006), está prófugo de la justicia debido a acusaciones de corrupción. Alan García Pérez (1985-1990/2006-2011), se suicidó para no ser juzgado y arrestado por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, Ollanta Humala Tazo (2011-2016), enfrenta en libertad la investigación por supuestamente recibir sobornos de Odebrecht.

Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), se le acusa de recibir sobornos por la construcción de la Interoceánica durante la gestión de Toledo. Martín Vizcarra Cornejo (2018-2020), también es investigado por presuntamente haber recibido soborno cuando era gobernador de la región Moquegua, supuestamente de empresas de la construcción que se encargaron de las obras de un hospital regional y un proyecto de irrigación.

200 años después, el Perú tiene la oportunidad de saldar deudas históricas con nuestro pueblo.
 
Chincha, agosto de 2021.

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