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En una ocasión me rompieron el corazón y hasta ahora a escondidas sufría por tanto dolor. Sin embargo, todo cambió al descubrir la trágica vida de Fernando Condorcanqui Bastidas. Por ello, escribo estas líneas dedicadas a su memoria repleta de esperanzas.
Ahora, con el regreso simbólico de sus restos al Cusco, muchos políticos intentaron beneficiarse de este hecho con la intención de mejorar su alicaída popularidad. Lo más alarmante es que algunos de estos personajes no promueven en las escuelas las lecciones de vida de Fernando.
Con apenas diez años, hacia 1781, presenció el espeluznante descuartizamiento de sus padres, Túpac Amaru —de apellido Condorcanqui— y Micaela Bastidas. Luego, fue condenado a las prisiones de España solo por ser hijo de estos revolucionarios. A pesar de su larga carcelería, su espíritu se mantuvo libre, como lo demuestran sus cartas, en las que supo sobreponerse al sufrimiento, transformándose en símbolo de resistencia, resiliencia y convicción moral.
Durante su cautiverio, Fernando jamás abandonó su identidad ni renegó de sus raíces, y valoró profundamente la lucha de sus padres por la libertad. Tras aprender a leer y escribir, escribió dieciséis conmovedoras “cartas dedicadas a la humanidad”, y en varias oportunidades solicitó a tres monarcas españoles, en las que reclamaba piedad, libertad y trabajo.
Al recordar estas vivencias, los centros educativos necesitan incluir los escritos de Fernando en sus planes curriculares. Su historia puede ser utilizada como una herramienta pedagógica que promueva los valores de la valentía ante la adversidad, el amor por la libertad y el respeto hacia los demás.
Por otro lado, los docentes tienen la responsabilidad de transmitir la trayectoria de Fernando, destacando su entereza frente a la injusticia. Motivar a los estudiantes a reflexionar sobre los derechos fundamentales y la lucha por la dignidad humana. Esto contribuirá a formar personas solidarias, críticas y comprometidas con la equidad social.
Conmovido por la pobreza infantil que vivió Fernando, el investigador Óscar Cáceres Quispe sugiere al gobierno el impulso de políticas públicas de lucha contra la desnutrición infantil, y asegure una educación de calidad desde la primera infancia para todos.
En definitiva, estoy convencido de que rendir tributo a Fernando Condorcanqui Bastidas es leer y valorar sus cartas, permitiendo que su voz constituya parte esencial del desarrollo formativo de los estudiantes.
© David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPCE.
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