Winston Churchill decía que tenía un "Black dog" que le seguia por todo lado, fielmente. Ese perro negro era la depresión.

Las personas que ocultan su depresión sufren más que quienes no lo hacen, porque invierten grandes cantidades de energía para dar una imagen que no corresponde con lo que sienten por dentro.

Las personas con “depresión sonriente o atípica”, al ser personas medianamente activas, es más probable que lleguen a consumar suicidio que una persona con depresión común, quien tiene una energía más baja para realizar las actividades en general. Así lo indica la  médico psiquiatra María Carazas, jefa del Programa de Trastornos Afectivos de la DEIDAE de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”.

La médico psiquiatra, María Carazas explica que, este trastorno mental podría pasar desapercibido, pero algunos síntomas, se pueden convertir en pistas para ayudarnos a identificarla, como el aumento de apetito y peso, aumento de sueño en el día y en la noche, sensación de pesadez en el cuerpo, además de los síntomas típicos de la depresión que estos pacientes presentan pero tratan de no exteriorizar.
 

Indicó que, quienes sufren este tipo de depresión experimentan el mismo malestar que una persona con una depresión típica, pero les cuesta reconocer sus emociones y aceptar su condición por lo que tardan más en buscar ayuda.

Existen varias razones que pueden llevar a intentar ocultarlo. El miedo a la discriminación, a ser estigmatizada por la familia, por el barrio, perder el trabajo por no entender la condición, la falta de reconocimiento de las emociones propias. “Emocionalmente, tiene un costo alto tener esta distorsión de salud mental, porque la persona está todo el tiempo reprimiendo sus emociones, con mucho costo de energía para ello”.
 

La especialista señala que, por lo general una depresión clínica presenta síntomas de tristeza, falta de placer, cansancio, dificultad para dormir, fatiga, o pérdida de energía, etc. En el caso de la depresión atípica o sonriente, las personas son más susceptibles a la crítica y al rechazo, por lo que pudiesen mostrar más irritabilidad.
 

También existen diferentes factores que contribuyen al inicio de una “depresión sonriente” como una separación, divorcio o por fallecimiento de un familiar o persona cercana, pérdida del empleo, problemas interpersonales y sociales, entre otros.  

 
Otro factor importante son las redes sociales, las cuales en general, no ayudan a que se muestren las emociones reales. Se premia y refuerza con halagos a quienes muestran tener una “vida perfecta”, con aparentemente dinero, muchas amistades y felicidad. Esto marca el estándar que aspiran muchas personas adultas y jóvenes. Entonces es lo que tratan de mostrar y aparentar a pesar de no tenerlo.
 

¿Por qué ocultan esta depresión?

Existen muchas razones por las que una persona puede intentar ocultar su depresión. Entre las causas más comunes son: discriminación, miedo a agobiar a sus familiares, vergüenza, miedo al estigma, negación de que está padeciendo de esa enfermedad, sentimientos de culpa, entre otros.
 

Recomendaciones

La profesional de la salud, indicó que es importante que la persona que se encuentra presentando esta enfermedad, acuda a un especialista para el tratamiento adecuado. El diagnóstico precoz y oportuno es muy importante para mejorar la calidad de vida de la persona, disminuir el sufrimiento del paciente y de la familia. Así como para prevenir consecuencias fatales precisó la especialista.
 

El tratamiento farmacológico y psicoterapéutico puede ser recibido a lo largo de la red de los servicios de salud que atiende problemas de salud mental, como los centros de salud mental comunitarios y hospitales.
 

Datos:

5 % de adultos padece de depresión en América Latina. La OMS estima que alrededor de 300 millones de personas en América latina sufren depresión. La depresión y la ansiedad aumentaron más de un 25% en el primer año de la pandemia solamente. Entre 60% y 65% de las personas que necesitan atención por depresión en América Latina no la reciben.