Foto de archivo a ttulo indicativo.
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Por: David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación |
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En la estancia de Ayacancha, anexo de Copacabana, entre su silencioso trayecto por la lomada, existía una misteriosa estructura de piedra enorme que tenía la figura de un cura.
Los lugareños de esta zona, contaban que por las noches se escuchaba que el cura celebraba la misa, ofreciendo esta liturgia a los comuneros de Copacabana.
Esta es la estancia de Ayacancha, al fondo aparece la figura del cura
Este hermoso y pintoresco lugar era un mágico pedregal, embellecida de arbustos y verdes pastizales, donde las aves volaban y trinaban melodiosamente, en tiempos de abundancia.
Era perpetuamente gris la piedra, con el gris sombrío de las cumbres y las lomas desamparadas, en el silencio del día y la oscuridad de la noche.
Chincha, diciembre de 2020.
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