Un político huancavelicano en plena campaña proselitista.
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Por: César A. Franco Carpio - Analísta Político (Huancavelica)
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Un político, una ideología y un pueblo
Traté de terminar los cuatro tomos del concepto de ideología de Jorge Larraín, los compré con mucho entusiasmo, pero al ver la real politik imponerse, comprendí que debía reinventarme para sobrevivir, y no exagero, tengo hijos y aspiro a que cuando salgan al mundo se puedan desenvolver con una carrera universitaria, en arte o técnica. ¿A qué viene esto? Viene del inicio de una reflexión de la política como algo que era bello, de hecho afirmo que el amor es el fundamento de la belleza.
Pero existen muchos cánones para la belleza y por lo tanto también para la política. De hecho vuelvo a recordar a Napoleón afirmando que los ideólogos son ingenuos aduladores de la razón, alejados de la realidad, pero pienso que los ideales, que dan (desde el punto de vista filosófico) el sentido de la vida, son vistos de manera diferente por parte de los pragmáticos. Tanto los unos, como los otros tienen derecho a participar en política, exponer sus “ideas” y convencer de votar por ellos.
Vuelvo a recordar a Napoleón afirmando que los ideólogos son ingenuos aduladores de la razón.
Paradójicamente percibo que el concepto ideología engendrada de y para la revolución francesa está siendo sometido a revisión. Sirva recordar que en sus inicios, la ideología buscaba ser fundada en la razón. Pero todos aquellos que desechan la ideología y se convierten en tránsfugas (en este caso, políticos) están aún revestidos de un hálito de ideología. Esta vendría a ser; no tener ideas claras que defender, buscar lo que está de moda en nuestras mentes cada vez más enmarcadas en el corto plazo y de golpe lograr ser Alcalde, Gobernador, Congresista o Presidente.
Vengo afirmando en diferentes espacios que hoy día la norma es evadir la norma. Ya muchos tienen más claro aquello del poder. A muchos en una campaña les oí decir: “yo al menos debo recuperar lo invertido”. Otros invirtieron sin decir cuánto invirtieron, pero dijeron que la ONPE tiene las cuentas. Esa tal vez sea la ideología de muchos que están en posición de ejecutar recursos para ampliar el poder.
Hoy en día, la norma es evadir la norma y decirnos, lo que queremos oír…
Algunos políticos tendrán ideales, pero de ahí a defenderlos hasta la muerte, ¡ninguno!
Una vez en el poder y aun lucrándose quieren permanecer en el tiempo. (Ojo, cuestión diferente a permanecer en la historia). En estos tiempos, casi todos aquellos que se aferran a sus ideales son marginales. En eso me dan la razón muchos ex izquierdistas, cuya formación ahora ponen al servicio de la derecha. (Por que los de centro-derecha deben jalar a aquellos que están dispuestos a renunciar a sus ideales).
En el caso de Huancavelica, ¿a quién representarán nuestros candidatos para el Congreso? Posiblemente a la “real politik” (ejercicio de la política atendiendo a intereses prácticos). En este caso la representación y fiscalización como labor congresal a ¿qué intereses prácticos podría obedecer? Para los ingenuos adoradores de la razón, existe un punto donde la invitación a participar en un partido, el transfuguismo y la corrupción se encuentran.
Algunos políticos tendrán ideales, pero de ahí a defenderlos hasta la muerte, ¡ninguno!
En ese sentido, considero que el pragmatismo político es utilitarista y en esta etapa de la historia de Huancavelica y el Perú, no nos conviene, debido a que no todos estamos en la misma capacidad de ejercer nuestras libertades. Por ese paso comenzaron muchos países que hoy por hoy tienen una gran calidad de vida. Sugiero que resolvamos estos aspectos, en un primer momento a partir de la reflexión y en un segundo momento a partir de la acción.
Así las cosas, ¿quién es más iluso, quien respeta la ideología o aquel que cree que zutano o mengano traerá el “cambio”?