Sabemos que en toda estrategia política, militar o de seguridad, lo primordial reside en contar con políticas y estrategias preventivas que tienen fundamento en las causas directas e indirectas que las generan. Por ello es que en los planes estratégicos siempre se busca ir a las raíces. Los supuestos “especialistas” en seguridad ciudadana no van a las causas y no tratan los temas preventivos. Ellos van a las consecuencias y buscan dar lecciones sobre estos temas, promoviendo la aprobación de un mayor número de leyes o buscando que los Gobiernos Regionales y Locales “gasten o inviertan más en seguridad ciudadana”. ¿Pero qué es gastar más en seguridad ciudadana para estos “expertos”? Es aumentar el gasto en medidas represivas.

Si el ministerio del Interior y la PNP constitucional y legalmente tienen la responsabilidad de la seguridad, el orden interno y orden público, ¿cuál es la responsabilidad de los Gobiernos Regionales y Locales? La política preventiva, sin duda lo cual no quiere decir que el ministerio del Interior y la PNP se eximan de proponer y actuar a través de políticas preventivas.

No se trata de convertir a los serenos en policías y no es preciso que los alcaldes sigan haciendo el ridículo proponiendo que salgan las FFAA a las calles o que los serenos se conviertan en una suerte de “robocops”, comprando más y más vehículos, equipos de seguridad e, incluso, se pretenda que los serenos usen armas que podrían causar la muerte. La realidad, además, es que el Sereno no está preparado psicológicamente ni técnicamente para hacer uso de las armas. La mayor preparación en el uso de las armas reside en la preparación mental (emociones, razón, espíritu).

Las políticas preventivas de los Gobiernos Subnacionales abarcan los siguientes aspectos de manera resumida: familia, barrio, centro educativo, áreas públicas y seguridad propiamente dicha.

Una de las teorías preventivas es la de la Ventana Rota cuyo fundamento reside en  el origen social de la violencia por lo cual busca ir a las raíces sociales con el fin de actuar preventiva-estratégicamente.  Simultáneamente, se actúa en otros aspectos que van desde las variables humanas personales y grupales; familiares, sociales, políticas, comunicacionales, conductuales, etc.

¿Qué dice la Teoría de la Venta Rota? Afirma que un espacio social urbano en el que se produce un deterioro que no se detiene a tiempo, se crean las condiciones para el crecimiento de los factores que permiten el crecimiento de la delincuencia. En el experimento se rompe la ventana de un automóvil abandonado. Pocas semanas después, el auto ha sido saqueado y convertido en espacio de delincuentes. El siguiente paso -si no se produce una intervención que restituya esta situación- es  la degradación del entorno que se convierte en guarida de personas de mala conducta y de delincuentes. El experimento social señala, por ende, que hay que ir a las causas: detener los factores de deterioro social con el fin de atacar los temas de fondo. En las ciudades y pueblos del país, existe un deterioro del espacio social-urbano: ausencia de servicios, carencia de iluminación, calles abandonadas y sucias, campos o “canchitas” de fútbol abandonadas en las que se reúnen consumidores de drogas, huacas abandonadas que son refugio de delincuentes, etc.

Existen en Lima y en las ciudades del país, barrios enteros que funcionan como madrigueras, territorios liberados o refugio de delincuentes. En esos espacios el Estado no está presente.

Pero el mayor mal es el desinterés en promover una cultura de valores ciudadanos, de respeto entre todos, una cultura de convivencia pacífica y respeto a las buenas costumbres. El Estado en todos sus niveles debe impulsar campañas de valores presididas por el ejemplo de los conductores. El grave deterioro del liderazgo y los políticos corruptos contribuyen al crecimiento de la delincuencia. “Si los que gobiernan roban por qué no podemos robar nosotros” afirman los delincuentes. El mal ejemplo cunde.

Se requiere una cultura política renovada y líderes verdaderos. No la caricatura actual en la que el cogollo es de líderes con pies de barro.

Cultura es civilización, normas cotidianas de conducta no escritas que implican respeto, búsqueda de la armonía, creatividad, apoyo y promoción del arte y todas las expresiones que eleven la calidad de vida humana.

En nuestra realidad, esas políticas preventivas no existen y deberían ir de la mano con políticas de represión en una visión holística, sistémica y articulada; políticas, programas y estrategias que abandonen el pensamiento y las propuestas simplistas de “expertos” interesados en el crecimiento de sus ONG pero que no van a las raíces y se quedan en el fenómeno inmediato.

La responsabilidad constitucional del Gobierno Nacional y la de los Gobiernos Regionales y Locales en seguridad ciudadana tiene fundamento en el  en amento eo en el e refleja enCALES ial y la seguridad interna o formales, politizadas y sin resultados. Todo ello se refleja endesarrollo de políticas, programas y estrategias preventivas.