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Desde el año 2015, escuchamos el accionar de la “Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria”, SUNEDO, sobre la acreditación de las universidades, y con frecuencia advertimos el “cumplimiento de sus funciones” dando pautas y exigiendo el cumplimiento de las normas para la acreditación.
Nos habla que 50 universidades han sido acreditadas. Y, últimamente que 2 han sido cerradas. Hasta acá pareciera muy bien, debemos felicitarlo.
El ex parlamentario aprista Urbino Julve Ciriaco era partidario que para esclarecer una realidad debemos “usar el sentido común y la razón”. Teniendo en cuenta estos 2 asertivos creemos, que la SUNEDU va a paso lento y con muchas imprecisiones. Tenemos conocimiento que a nivel nacional vienen funcionando muchas “universidades bambas”, donde la calidad educativa es pésima. Y la SUNEDU, todavía sigue echando cartas para dar un zarpazo a una universidad, tal vez al que no tiene influencia.
Influencia o ceguera, ¿por qué? Sabemos que las universidades estatales están siendo severamente examinados, y muchos aún no han podido acreditar. Pero resulta que varios nuevos, tanto estatales como particulares han sido acreditados, estas últimas teniendo filiales por todo el Perú, y dando especialidades que requieren una gruesa inversión y lucha permanente, que aún los subvencionados por el Estado no han podido, satisfacer los requerimientos de los estudiantes por su elevado costo.
Indudablemente que no. Pueda que muchos docentes tengan doctorados y maestrías, que ahora cualquier mamarracho tiene estos grados, pues para obtenerlos basta y sobra que se matricule en una universidad particular y sale con su cartón de grado.
Los catedráticos deben tener trabajos de investigación, publicaciones y participación en eventos nacionales y extranjeros con ponencias o propuestas. Sabemos que, por ahí, las “universidades bambas”, tienen como docentes a cualquier titulado, sin experiencia ni competencia profesional. Ahora las universidades deben demostrar la calidad y nivel de sus currículos y metodología compatible con los avances de la ciencia y la modernidad. Si el catedrático es uno más del montón, ¿qué puede dar a los futuros profesionales?
En cuanto al proceso educativo universitario el profesor debe dominar varias estrategias de aprendizaje, para dar cátedra, y no ser un muñeco hablante. Hay muchos, por incompetencia, que solo se dedican a dar trabajos y que los alumnos hacen sus clases a base de exposiciones.
La SUNEDU tiene que trabajar con criterio científico, altamente científico. No sabemos si los “examinadores” o “acreditadores”, dominan todas las materias o en su equipo inspección están los profesionales de todas las especialidades y -sobre todo- expertos en currículo universitario. Una cosa es ver el ambiente físico y otra es ver con criterio parcializado el funcionamiento técnico pedagógico de las universidades, por falta de especialistas.
El ex Congresista Daniel Mora hizo algo para mejorar la educación universitaria. Pero se olvidó lo principal, porque no es su campo. Debió llevarse a cabo, en primer lugar, la “Reforma Universitaria”. Parches, remendones, y costuras hechos por modistos, siempre va ha traer problemas.
Aquí también juega el papel del Congreso de la República, que por intereses políticos se crearon universidades por todos lados, como chinganas sin las condiciones necesarias, donde la explotación estudiantil es bárbara. ¿Cómo es posible que un rector gane un millón de soles mensuales? ¿Esto es justo? Es justo, acaso, ¿que las universidades no paguen impuestos?
Así estamos en el Perú, buen provecho.
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