Existen diversas hipótesis sobre los orígenes geológicos de la laguna de Huacachina. Incluso, la estrategia literaria a través de una leyenda trata de explicar su existencia dentro del realismo mágico y real maravilloso.

Después de 100 años de su descubrimiento, el radiestesista nasqueño Luis Antonio Gamboa Segovia ensaya una nueva teoría sobre la formación del Oasis de América, empleando una milenaria técnica que habrían utilizado nuestros antepasados nasquenses para hallar agua y construir los famosos acueductos, íconos de la ingeniería hidráulica.

De aguas color verde, surgió debido al afloramiento de corrientes subterráneas.

El investigador norteamericano de la National Geographic y la Universidad de Massachusetts, David Johnson, ha estudiado los acueductos del valle de Cantalloc (Nasca) utilizando una varilla metálica, dentro del método de la radiestesia, descubriendo una interesante relación entre la hidrología, la geología, la antropología y los geoglifos.

Río subterráneo

Gracias a la radiestesia, cuya técnica la aprendió hace varios años en Venezuela en la exploración de yacimientos de petróleo, Gamboa estima que la laguna de Huacachina se habría formado debido a la unión de cinco ramales que se derivan de un río subterráneo, el cual se halla a unos 150 metros al lado oeste del espejo de agua.

“El problema que sucede en la laguna es que los poros por donde brotaba el agua mineralizada se han obstruido. La solución sería dragar, hacer una limpieza general y una pequeña excavación en el lugar indicado, donde se unen esos ramales que permitieron la formación de la laguna”, manifiesta.


Precisamente, la semana pasada estuvo en Ica Luis Gamboa, tratando de contactarse con autoridades del gobierno regional con la finalidad de comprometerlas a ejecutar el proyecto de rehabilitación de Huacachina, a fin de que la laguna vuelva a contar con las aguas medicinales que tuvo hasta hace unos años. Lamentablemente, no se concretó ese primer intento de diálogo.

Si al GORE le interesa el proyecto, Gamboa dice estar dispuesto a proporcionar las coordenadas para el dragado respectivo, a fin de limpiar los ramales obstruidos para que la laguna de Huacachina vuelva a tener su característico color verde esmeralda.

Grupo Oasis

Hace más de cuatro años, cuando la laguna estuvo a punto de extinguirse, Francisco Massa y el Grupo Oasis también tocaron muchas puertas para evitar que Huacachina corra la misma suerte que corrieron 50 años antes sus similares que existieron en el valle de Ica.

En los dos primeros meses del verano 2015, tal como se hacía años atrás, miles de metros cúbicos de agua del río Ica se vertieron en el embalse de Rincón Grande (Comatrana), utilizando el canal La Mochica.

Al ver que la filtración de agua a la laguna -por medio de vasos comunicantes- no daba resultados, los especialistas del Grupo Oasis concluyeron que la napa freática en ese lugar había descendido varios metros. Fue así que decidieron bombearle directamente las aguas nuevas, previamente filtradas.

Gracias a esa hazaña, Huacachina se salvó y hoy continúa siendo rehidratada empleando un pozo tubular que permaneció 10 años sin funcionar. De manera que las aguas de la laguna están desprovistas de sales minerales, por cuyo motivo permiten la existencia de peces. Si se llegase a recuperar la filtración de las aguas mineralizadas, el Oasis de América recuperaría su estado natural que le dio fama medicinal.