El Perú se consolidó como el segundo mayor productor de cobre a nivel mundial al cerrar el año 2023 con una producción de 2.7 millones de toneladas métricas.
Sin embargo, tras esta cifra surge un intrigante enigma: el país exporta minerales estratégicos altamente demandados para las nuevas tecnologías, como el telurio, pero estos salen en silencio y sin dejar registros, según revela un estudio de CooperAcción citado en un amplio reportaje de Ojo Público este domingo.
El telurio, apodado «oro tecnológico» por su escasez y su papel vital en nuevas tecnologías y energías renovables, es extraído durante la refinación del concentrado de cobre. A pesar de su creciente demanda global, no existe un registro claro de cuánto de este valioso subproducto sale del país dentro de los concentrados de cobre.
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) solo registra y valora el 35% de los elementos presentes en un concentrado de minerales polimetálicos, como cobre, zinc y plomo, según advierte el estudio de CooperAcción. Esto se debe a que, en las cifras oficiales publicadas por el Minem en el 2022 solo figuraban los valores de producción de 12 minerales tradicionales, cuando dentro de los concentrados del cobre, zinc y plomo que se exportan se pueden identificar hasta 34 elementos químicos.
Telurio, selenio, germanio, indio.
El estudio también destaca la presencia de otros minerales estratégicos, como indio y galio en concentrados de zinc, así como germanio y antimonio en concentrados de plomo. Estos minerales, esenciales para las nuevas tecnologías, se exportan sin una evaluación adecuada de su valor.
Dicha situación genera que el potencial minero del Perú no esté siendo aprovechado de manera justa y transparente, ya que no hay una actualización del enfoque para estos minerales del boom tecnológico que actualmente son muy cotizados, lo que repercute en la perdida de ingresos fiscales, ya que dichos metales salen del país sin pago alguno.
«Es un problema porque no se está declarando qué cantidad de subproductos (están saliendo del país). Siempre se dice ‘la minería es una actividad importante, somos potencia mundial productora de cobre’, pero al mismo tiempo se muestra una precariedad de fiscalización del Estado peruano», señala José De Echave, experto en temas mineros e investigador de CooperAcción.
«Este es un escenario donde hay que preguntarnos si el Estado peruano está preparado para fiscalizar que las declaraciones de exportaciones expresen lo que realmente estamos exportando al mundo. Es una tarea pendiente», señala De Echave, resaltando la necesidad de una supervisión más robusta.
El informe también señala preocupaciones sobre la subfacturación de los precios de venta del concentrado de cobre. CooperAcción identificó una posible subvaluación de hasta un 94%, lo que plantea interrogantes sobre la transparencia y la equidad en las transacciones comerciales del país.
Ante estas diferencias, el estudio de CooperAcción resalta la importancia de “realizar, de manera independiente, una auditoría general del proceso de exportación a las diferentes intendencias de aduana como a las empresas exportadoras a fin de corroborar la información que declaran y se pueda validar la información declarada en campo, la cual debe ir acompañada de mecanismos de transparencia”.
Fuente: CooperAccion
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