Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista en Saluderecho |
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En el mundo existen cinco sitios y estilos de vida extraordinarios que quizás no sabemos que existían, según la FAO. Dos de estos lugares se encuentra en América; uno en Chile, la Isla de Chiloé, reserva insuperable de muchas especies nativas de flora y fauna. El otro sitio son Las terrazas de los Andes de la región de Cusco y Puno, “sitios únicos, considerados entre los ambientes más heterogéneos del planeta”. Otras fuentes sostienen que son más sitios SIPAM, respaldando para cada uno de ellos las maravillas de esos paisajes naturales o costumbres.
Los otros tres puntos son el río Nagara, uno de los ríos más limpios de Japón; los "jardines flotantes" de Bangladesh, y los Masai, agropastoristas semi-nómadas, que crían vacas, cabras, ovejas y búfalos en Kenya y Tanzania. Todos considerados patrimonio cultural valioso de importancia mundial. Estos lugares donde predomina el ingenio de sus habitantes, se llaman Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), y constituyen “medios de subsistencia, además de calidad de vida para millones de pequeños agricultores”, indica esa agencia de la ONU.
Así como las ciudades pueden ser sostenibles el campo también, y desde más de cinco mil años regiones ubicadas hasta 4.000 metros de alturas sobre el nivel del mar, fueron adaptadas en forma de terrazas para cultivo de tubérculos entre estos la papa, del cual Perú es el más importante productor en América Latina y el segundo en el Continente americano, después de EE.UU. En esas alturas además de sembrar el "alimento del pueblo", cultivan productos como maíz, árboles frutales y quenopodiáceas.
Para las comunidades indígenas de Cusco y Puno que labran una sorprendente variedad de cultivos del tubérculo (miles), no valen inundaciones, sequías ni heladas, para que sus cultivos salgan adelante siempre. Todo lo anterior lo dominan porque el suelo para ellos es recurso sagrado. Por su culto a la Madre Tierra (Pachamama), colinas, montañas y ríos, avasallan esas inclemencias que de ordinario no son tan llevaderas.
La técnica utilizada denominada de "campos alzados", combina chacras elevadas y canales que producen cantidades considerables de papa ("Mamá Jatha”). Gracias a esa labor la papa fue decisiva para la seguridad alimentaria del imperio Inca, señala la FAO, que agrega que "la invasión española, en 1532, puso fin a la civilización inca, pero no a la papa ", tan indispensable para el Programa Hambre Cero.
En esas comunidades de Los Andes sucede como en el relato bíblico del maná; cada familia cultiva solamente la papa que necesita en "topos" medidos para cada caso, el resto del terreno es para barbecho.
Las tierras altas de Perú contienen más de 600,000 hectáreas de terrazas.
“Durante más de 5.000 años, los agricultores indígenas y locales de...” via @FAOKnowledge #ZeroHunger https://t.co/biJRcyrF6S
— HUACHOS.COM (@Huachospuntocom) 4 de agosto de 2017
@luforero4
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