Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

El Constitucionalista chinchano Lauro Muñoz Garay, hijo del otrora Ilustre Dr. Lauro Muñoz Martínez, ha entrado a tallar, cual puma de los andes, guerrero conocido, en defensa de los límites de Chincha.

Como se sabe los cañetanos, sin tener documentos y derecho alguno invadieron los pampas de Concón y Topará, entre los años 2002 y 2003, pero sus antecedentes comienzan en el 1900, lo que anunciamos en nuestro libro “El Imperio de los Chinchas”.

Los Chinchanos marcaron un hito en la historia de Chincha, donde trabajó el binomio regional: Chincha-Ica, en densa de su territorio. El año 2004, es el año de la lucha, donde desde Nazca hasta las pampas de Chincha, más de 200 mil personas, unidos con el corazón latente tomaron la carretera Panamericana, constituyendo una noble lucha regional, ejemplo para el Perú y el mundo.

Los cañetanos direccionados de Lima, durante el gobierno de Alejandro Toledo, por Omar  Landeo y Carlos Ferrero Costa, apoyados por los apristas traidores a Chincha: Jorge del Castillo y Mercedes Cabanillas, entre otros, se apoderaron del territorio chinchano, llegando al extremo de controlar parte de la Región, hasta el puente de Jaguay; donde el alcalde de Tambo de Mora, Domingo Farfán,  marcó el episodio histórico, al retar  -a tirarse a golpes- al coronel Marchán de la PNP de Cañete, al ver que sus hermanos se caían como palomas por el gas mortífero lanzado por la policía, sin razón alguna. Dijo, en el mismo puente, “si eres hombre y valiente, deje las amas y ponte a pelear conmigo”, “No mates a mis hermanos, -basta cobarde”, gritó a todo pulmón. Fue la gesta del año 2004, donde vimos caminar por la panamericana a Joaquín Ormeño y a muchas personas de la tercera edad, defendiendo los sagrados intereses de Chincha.

Lima, teniendo como títere a Cañete, ansiosos por los millones de dólares que reportarían el Proyecto Platanal, el Gas de Camisea y la minera Milpo, a pesar que las leyes, razones arqueológicas e históricas, amparaban a Chincha lo mandó al tacho, y se limpió el poto. Chincha e Ica, creyendo en la honestidad, cuando los gánsteres estaban preparados para engullir a la Región Ica, ingenuamente, se defendieron con la ley de Demarcación Territorial, cuando debieron ignorar esa ley, y seguir por otros caminos, donde podían ampararse mejor.

La historia es demasiadamente larga llena de traiciones, donde Triveño, Alonso Navarro y el actual Gallegos, y los alcaldes de Chincha, no hacen nada por su tierra, es cuando, no de ahora sino desde el año 2004, el combativo abogado chinchano Lauro Muñoz Garay, ha venido defendiendo los límites de Chincha, con sus propios oidores y mensajeros. Hoy, solitario, como verdadero hijo de Chincha, nacido, de una mujer valiente, parado, ante el mutis y complicidad, de las autoridades ineptas y traidores, viene defendiendo el territorio chinchano, enfrentándose a la mafia limeña que, a toda costa, está cercenando a Chincha.

Como se ve los alcaldes y gobernadores regionales ocupan los cargos para defender sus sueldos, sus intereses personales y no para defender los intereses del pueblo, por ahí un alcalde distrital se escudó cuando el pueblo luchaba con el cuento de que los alcaldes no pueden participar en las movilizaciones pacíficas del pueblo.  Se trata del canto de una gallina que llegó ser alcalde por el sueldo.

El Dr. Lauro Muñoz Garay, huérfano -ante el silencio de muchos abogados chinchanos, como Mario Camacho Perla, del “supositorio”, Mario Amoretti Pachas, entre otros- tiene en sus manos la responsabilidad histórica, de defender el territorio chinchano. Y lo viene haciendo con mucho tino y valentía.  Se sugiere asesores que conozcan y no recurra a espantapájaros y “historiadores”, que no conocen ni la pelea de perros. 

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