Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista enSaluderecho |
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Lección de silencio
Que descansada vida
La del que huye el mundanal ruido,
Y sigue la escondida
Senda por donde ha ido
Los pocos sabios que en el mundo han sido!
(Fray Luis de León)
Tener un espacio libre de ruido, donde se pueda gozar de un ambiente propicio para desarrollar las actividades diarias, generalmente se vuelve una mera ilusión por el ruido, que en ciertos sitios va de mal en peor por resultar excesivo, convirtiéndose en una amenaza silenciosa contra la salud pública, y una de las ocho causas, de las congénitas y adquiridas que hay para la pérdida de audición, según La Organización Mundial de la Salud (OMS).
En pocos instantes o durante períodos prolongados de tiempo, todos estamos expuestos al ruido tanto en casa como fuera de ella, en la calle, en entornos laborales, en la industria, etcétera. Subsisten todavía en países latinoamericanos en vecindarios residenciales, fuentes generadoras de ruido en exceso, como fábricas y talleres con maquinaria ruidosa, dentro y fuera de las edificaciones; bares, clubes nocturnos, discotecas, pubs y conciertos, de donde salen medio sordos o con zumbidos; eventos deportivos, gimnasios, ambulantes con megáfonos; todo lo cual, por ahora, ha estado supuestamente silenciado, y ahora el ruido amenaza en todo el mundo con volver, pero un ruido más parco.
Por su exposición al ruido en contextos recreativos, 1100 millones de jóvenes (entre 12 y 35 años de edad) están en riesgo de padecer pérdida de audición, indica la OMS. El mantenimiento de los audífonos o reemplazo de baterías y de servicios de ajuste debiera ser una tarea permanente de la población joven, la que más utiliza esos dispositivos. En razón a la profusión de ruido y las demás siete causas, 466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños; cifra que aumentará dentro de tres décadas, cuando más de 900 millones de personas —es decir, una de cada 10— sufrirá una pérdida de audición discapacitante.
Varias son las recomendaciones de la citada Organización para reducir la exposición a ruidos fuertes en todos los ambientes, como mantenerse lo más lejos posible alejado de fuentes de sonido como los altavoces.
Son especialmente tres los consejos en este sentido: primero, la sensibilización de la población sobre los riesgos que acarrean los ruidos fuertes, que nos concienticemos; segundo, promulgar y aplicar legislación apropiada; y, por último, fomentar la utilización de dispositivos de protección personal (tapones para oídos, audífonos y auriculares) que amortiguan el ruido ambiental.
De otro lado, mediante sonometrías, es decir la medición de los niveles de ruido, se puede establecer en que espacios se encuentra el mayor número de ondas sonoras. La mayoría de países no tienen la capacidad para prevenir y atender la pérdida de audición de su población, como tampoco disponen de personal de salud formado en esa materia. Para saber de dónde proviene determinado ruido, las aplicaciones de teléfonos inteligentes ayudan al respecto y permiten medir los niveles de exposición al ruido.
“Después de la contaminación atmosférica, la contaminación acústica es la segunda causa de enfermedad por motivos medioambientales. La mitad de los casos de pérdida de audición pueden prevenirse a través de medidas de salud pública.” |
El ruido, siendo una causa prevenible para la sordera progresiva, ha sido objeto de preocupación de las autoridades en todos los países, dictando reglamentaciones al respecto y limitaciones a fin de aminorar la carga que supone a la salud pública el excesivo ruido. En el Perú no se ha dictado una Política Nacional contra el ruido, sólo existen normas aisladas y dispersas sobre limites máximos permisibles de ruido generado por las aeronaves o en algunos distritos Ordenanzas que regula la prevención y control de ruidos nocivos o molestos.
“Lección de silencio. Renazca en nosotros la valorización del silencio, de esta estupenda e indispensable condición del espíritu; en nosotros, aturdidos por tantos ruidos, tantos estrépitos, tantas voces de nuestra ruidosa e hipersensibilizada vida moderna” (Pablo VI)
@luforero4 |
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