Por: David Auris Villegas - Escritor/Pedagogo |
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La humanidad está constantemente amenazado por las conflagraciones, escoltado de pobreza a pesar de tanta producción, oscurecido por una absurda discriminación, empañado de corrupción, lesionado por enfermedades por solucionar, castigado por la fría desigualdad, sombreada por la contaminación ecológica y condenada por la religiosidad que configura desencuentros fraternos en un mundo cambiante.
Como alternativa de solución a los problemas que aqueja a la humanidad, surge el G20, que aglutina a los países más industrializados y emergentes, ahora reunidos en Argentina, cuyo impacto global, según su página oficial: aglutina el 85% del producto bruto mundial, aloja el 66% de la población mundial, dinamiza el 75% del comercio internacional y 80% de las inversiones globales.
Con el objetivo de construir consenso multilateral a nivel planetario para lograr paz y prosperidad sostenida y crecimiento sólido para la humanidad, centrado en la persona como motor de cambio resiliente, plantearon pilares a ejecutarse que coadyuve a la Agenda al 2030 de los Objetivos de desarrollo sostenido, que seguidamente se resume.
El futuro laboral, poniendo en exclusividad la tecnología del 4.0 o llamado la cuarta revolución, basado en la web del escenario actual, muchas personas están generando sus propios trabajos, para lo cual es necesario compartir experiencias, potenciar la resiliencia y la transferencia de tecnología para afrontar el futuro laboral global, aboliendo el trabajo infantil.
Infraestructura para el desarrollo, que potencie: energía, agua, transporte, telecomunicaciones bordeadas por el impacto ecológico, acudiendo a la participación privada que contribuya al desarrollo sostenible basado en la gestión eficiente y financiamiento necesario.
Un futuro alimentario sostenible y sustentable que desafié producir más y mejor, buscando una seguridad alimentaria de calidad para la humanidad, reduciendo el impacto ambiental acudiendo a las nuevas tecnologías para acabar con la desnutrición, y haciendo viable la comercialización a bajo costo y educando a la sociedad a realizar un consumo responsable.
Perspectiva de género, basado en la equidad de género que involucra a toda la humanidad, acortando la brecha salarial e impulsar la igualdad de oportunidad como tópico transversal en toda actividad humana, impulsando normas que fortalezca el empoderamiento de las mujeres con el objetivo de buscar igualdad de género, acudiendo a la educación como herramienta eficiente.
El acceso a la educación gratuita y de calidad equitativa es un derecho humano de todas las niñas y niños; desarrollando y aplicando estrategias didácticas que promuevan competencias de aprender a aprender así como habilidades cognitivas y digitales en un aprendizaje permanente desde la primera infancia.
Finalmente, delineado estos acuerdos como fruto de un consenso, es perentorio que cada país del mundo diverso, asuma necesariamente; insertando estos pactos en la currícula educativa como clave de todos los niveles del sistema educativo y educar desde la infancia y a la sociedad general, bajo marcos de la pedagogía ética, si pretendemos un mundo viable, libre, próspero, pacífico, justo, equitativo, con desarrollo sostenido.
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