Los caminos escabrosos de los fujimoristas de hoy día
POLITICA NACIONAL
Nicolás Lucar y un tal Spadaro, en representación de la mafia, hasta este momento se resisten a aceptar el triunfo de PPK. Ya verán, amenazan, el Congreso es nuestro, braman.
Nicolás Lucar, miembro de la guardia pretoriana del lider radical de izquierda Hugo Blanco.
Pedro Spadaro advierte que el Congreso pertenece a las fuerzas fujimoristas.
Una semana antes de las elecciones las encuestas favorecían ampliamente a “la chinita”. AL terminar el último debate electoral, un exultante Nicolás Lucar, muy seguro que el fujimontesinismo ganaría en estas elecciones, comentaba “cachaciento” y con una sonrisa de oreja a oreja, que “al menos en el debate había ganado PPK”.
Conocemos la trayectoria de Lucar. En la constituyente del 79 fue acérrimo izquierdista, a tal extremo que no solamente llevaba el maletín a Hugo Blanco, sino era el encargado de cargarlo en hombros. Por los ochenta de un certero “serruchazo” desembarco a Cesar Hildebrant de la dirección de un programa periodístico en la televisión. Por los noventa, se hundió en el silo de la podredumbre ético y moral. Apoyó con todas sus fuerzas, de forma descarada y desembozada a la mafia fujimontesinista, apoyando sin ambage a los dueños de canal cuatro, que se había convertido en la letrina del fujimorato. Resulta que los Crousillat, dueños de canal cuatro y suegro de Nicolás, había sido comprado al peso por Vladimiro, como se ve en un vladivideo, donde recibe rumas de miles y miles de dólares. En los estertores de la muerte de la mafia, un Nicolás Lucar, cínico y agresivo, pretendió enlodar a uno de los presidentes más honestos de nuestra historia, don Valentín Paniagua Corazao.
Hoy día Nicolás, con el rostro lavado pero con el mismo espíritu inmundo, desde el canal dos – otro que fue comprado al peso por el fujimorato – apoya a la reencarnación de la mafia, a la sucesora natural, es decir a Keiko Fujimori.
Nicolás y un tal Spadaro, en representación de la mafia, hasta este momento se resisten a aceptar el triunfo de PPK. Ya verán, amenazan, el Congreso es nuestro, braman. Ese es el verdadero rostro del fujimorato, comprometido con la corrupción y el lavado de dinero. Keiko Fujimori, va desde su residencia (casa de su tía Rosa, prófuga de la justicia y declarada reo contumaz) hasta el bunker de su partido (casa de Ramírez, investigado por la DEA por lavado de dinero, procedente del narcotráfico). Esa es la ruta de KK.
El Perú se ha salvado de un pelo de caer, nuevamente, en las garras de la mafia. El sur de Verónica defendió la decencia de nuestra patria y a todo pulmón le dijo NO al retorno de la camorra. El movimiento Keiko No Va, asumiendo su rol protagónico y su responsabilidad con la patria, convocó a miles y miles de ciudadanos y despertó a miles de compatriotas quienes al unísono le dijeron NO a la mafia.
PPK no es santo de devoción de sectores progresistas, pero cuando menos no ha permitido que nos convirtamos en un país desmemoriado y bananero, el hazmerreír de la comunidad internacional.
Es ahora responsabilidad de esos grupos progresistas, de la izquierda peruana, quienes hicieron posible el triunfo de la democracia, defender los intereses del pueblo peruano, de sus recursos naturales, de sus empresas estratégicas. Es cierto que el Perú necesita inversiones, se desarrolle la minería y otros recursos, pero con respeto a nuestro medio ambiente, la ecología y las comunidades, quienes deben ser partícipes directos y beneficiarios, en primera instancia, de esa riqueza.
Nosotros elegimos a nuestro representante, a nuestro presidente, para que nos defiendan de la voracidad de los grupos de poder económico, nacional o extranjero, quienes apuestan a tener mayores ganancias a bajos costos.
Suerte Perú. Suerte PPK.
Las cuitas de Nicolás.
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