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La población mundial juvenil bordea el 25% de la población global según la ONU y la peruana asciende a 8.5 millones; alimentados por la incertidumbre de cara al futuro, estudian según las posibilidades, trabajan para contribuir el sustento del hogar, dependen del apoyo de sus padres, ejercen la violencia callejera, desafían a sus progenitores, presentan limitaciones físicas y mentales, desperdician su tiempo, viven atrapados de las redes sociales, son padres y madres, y casi todos y todas elevan su voz de protesta ante la injusticias sociales evidenciados en las redes sociales y las marchas contra la corrupción.
Este bono demográfico es una fortaleza que debe ser aprovechada a través de políticas de corto y largo plazo, con el objetivo de potenciar sus capacidades y talentos a través de una educación de calidad y así contribuir al desarrollo sostenido y tecnologización del país, buscando respuestas desde sus propias voces y desafíos de juventud como agente de cambio social.
¿Aceptáis el desafío?
Hace poco concluyó la Jornada Mundial de Juventudes en Panamá, liderado por Francisco I, quien invitó, “La Jornada Mundial de Juventud es para valientes, no para jóvenes que sólo buscan comodidad y que retroceden ante las dificultades. ¿Aceptáis el desafío?”. Naturalmente la juventud identificada ante semejante reto aplaudió emocionadamente, lanzando un mensaje implícito a la humanidad que, ellos también poseen desafíos éticos convirtiéndose en amigos de la solución a los problemas del mundo buscando su felicidad.
Fortalecer y mejorar el liderazgo y masificación de la utilización gratuita y adecuada del internet a nivel planetario, convirtiéndolo en una herramienta de entendimiento y desarrollo global, compartiendo los conocimientos para que nadie se pierda la fiesta de la prosperidad.
Acceso a una educación gratuita de calidad universal, desde una mirada de la pedagogía ética, que contribuya al desarrollo sostenido cognitivo, desarrollando sus talentos y empoderamiento de valores humanos, viendo a los demás como a uno mismo en la escena cotidiana y universal.
Construir una familia nuclear a largo plazo, basado en el amor, la fidelidad y la comunicación sincera, haciendo viable una sociedad futura, convirtiéndose en un ejemplo para sus hijos e hijas, transmitiendo vida infinita para extender la existencia de nuestra especie.
Oportunidad laboral global y acceso equitativo sin discriminación de género, accediendo a un trabajo respetable para mejorar su calidad de vida, coadyuvando la riqueza de nuestra nación para derrotar la pobreza económica.
Protagonizar el destino del país ingresando al ejercicio político en la toma de decisiones como una vanguardia activa, ejerciendo roles protagónicos, dispuestos a liderar los destinos de nuestra nación debido a que ellos aún no están contaminados de esa dosis terrible, llamado corrupción.
Acceso al seguro social de salud preventiva universal y manejo de la sexualidad responsable, sobre todo los más débiles y aquellos que presentan limitaciones físicas y mentales, evitando problemas de dimensiones colosales como la infelicidad.
Romper las trasnochadas fronteras de país, con el objetivo de circular a nivel planetario y elegir libremente nuestro lugar de residencia, haciendo palpable en nuestro ser, ese discurso llamada globalización, evitando de esta manera la discriminación de todo tipo.
Como la antorcha humana repleto de hormonas, cuidar de nuestra única nave, la tierra, a través de un pacto universal de conservación activa y responsable del medio ambiente, con la esperanza de heredar un espacio repleto de posibilidades a las generaciones futuras.
Contribuir la construcción de la paz duradera, debido a su enorme sensibilidad expresadas en su espíritu inconforme, configurando un derrotero de alternativas de solución pacífica a los problemas sociales utilizando las redes sociales y los medios de comunicación luchando contra toda injusticia.
Debido a la fugacidad de nuestras vidas, estos desafíos éticos de la juventud peruana y mundial es obligatorio acudir presuroso en su ayuda para lograr concretar esos sueños, con el objetivo de configurar una sociedad actual y del mañana con oportunidades para cada ser humano, sin dejar a nadie fuera de la prosperidad humana gracias al esfuerzo solidario de millones de jóvenes.
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