Los alrededores de la plaza taurina del barrio San Cristóbal.
HUANCAVELICA - La cifra de heridos del “jala toro” y las corridas subió a 23 personas, en su mayoría aficionados en estado de ebriedad que invadieron el ruedo o que acudieron a los exteriores del coliseo para el tradicional “toro chutay”.
La población huancavelicana vive intensamente la fiesta del Pentecostés. La mayoría de arterias lucen vacías, pero los alrededores de la plaza taurina del barrio San Cristóbal están abarrotadas, las colas para adquirir entradas empiezan a llenarse desde tempranas horas.
Integrantes del Servicio de Atención Móvil de Urgencia (Samu), de la Compañía de Bomberos, Serenazgo y la Policía Nacional, tuvieron arduo trabajo, especialmente auxiliando a jóvenes con heridas por cornadas en el jala toro y de espontáneos en estado de ebriedad que imprudentemente invaden la “arena” para desafiar a los astados.
El Samu informó que la lista de lesionados subió a 23, de los cuales 10 quedaron internados en el Hospital Regional de Huancavelica, por la seriedad de su heridas y solamente uno fue dado de alta, 9 permanecen internados en el nosocomio.
Lamentablemente, el estado del torero Braulio Quispe Luna (38), (quien es bastante conocido en la capital, pues en varias oportunidades participó en la Plaza de Acho), es delicado y está en minuciosa observación. Los médicos le diagnosticaron trauma perianal. También un adolescente de 16 años se recupera de un traumatismo abdominal abierto, un varón de iniciales R.S.J.(39) sufrió la fractura de su pierna izquierda y otro varón de 56 años tiene un traumatismo torácico. Por ello, la alerta verde que declaró la Dirección Regional de Salud (Diresa) se mantendrá durante toda la fiesta de Cruces, pues es seguro que los lesionados aumentarán.
La Diresa emitió un comunicado donde exhorta a la población a que se abstenga de ingresar al ruedo en condición etílica, además a los padres que acuden al Coliseo a tener agarrados de la mano a sus hijos, pues varios menores se perdieron por los alrededores del coso.
Además del espectáculo de la fiesta brava, todos los exteriores del recinto taurino están rodeados por negocios de comida, ropa, entre otros artículos. Uno de los platillos más solicitados es el chancho al palo, que degustaron numerosos huancavelicanos y turistas.
Un detalle que no pasó desapercibido es que varios jinetes completamente beodos se quedaron dormidos encima de sus caballos y locales aledaños como el conocido “torito”, donde se expenden cervezas, estuvieron totalmente llenos. Por desgracia muchos ebrios miccionaron afuera de la piscina termal, donde varias madres de familia lavan su ropa.
Fuente: Correo