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Los forasteros César Carranza y Navarro Grau símbolos de la anticultura chinchana

Este par de analfabetos lapidaron la Biblioteca Municipal de Chincha. José Alberto Navarro Grau envió la biblioteca al purgatorio allá por donde solo pasan los mototaxis.

Este otro sujeto enlentado César Carranza Falla, como si no conociera el valor de una biblioteca, cerró sus puertas definitivamente, para convertirlo en un “museo” de marras donde exhibe cuatro huacos rotos. Los chinchas eran guerreros y comerciantes.
Este otro sujeto enlentado César Carranza Falla, como si no conociera el valor de una biblioteca, cerró sus puertas definitivamente, para convertirlo en un “museo” de marras donde exhibe cuatro huacos rotos. Los chinchas eran guerreros y comerciantes.

 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

 


Chincha pareciera que fuese tierra de forasteros que llegados al poder hacen lo que quieren. César Carranza Falla y José Navarro Grau, al peor estilo de Alberto Fujimori y Alan García que destrozaron la educación peruana, en Chincha estas 2 lacras, han cerrado las puertas de la cultura y de la intelectualidad, lejos de velar por su  conservación y promoción.

Estos analfabetos lapidaron La Biblioteca Municipal de Chincha. José Alberto Navarro Grau envió la Biblioteca Municipal, creada y construida con ese fin específico, como castigo por discrepancia personal, a una pocilga, llamada Centro Cultural de Chincha, diríase centro acultural; mientras que el foráneo César Carranza Falla, como si no conociera el valor de una biblioteca, cerró sus puertas definitivamente, para convertirlo en un “museo” de marras, creando un puesto de trabajo para su dios Santiago Perona, un ilustre desconocido, que ahora se llama “historiador”.


 

La Biblioteca Municipal tiene una historia tan grande donde se ilustraron los más grandes intelectuales chinchanos. Frutos de esa Biblioteca brillaron y brillan por el mundo muchos hijos ilustres de Chincha.

 


Allí vimos diariamente revisando libros a Adolfo Peschiera, Aurelio Chacaliaza y César Rosas Roque, citando a los 3 últimos intelectuales chinchanos. Con tantas anécdotas nos hacía reír el gran Mario, personaje que todos los días frecuentaba la Biblioteca.

Dejamos de ir cuando José Navarro Grau, un verdadero asno de la cultura, envió nuestra fuente de nutrición, al tercer piso del Centro Cultural, edificio inadecuado, pusilánime y fúnebre, un ambiente no apto para una biblioteca, y zona prohibida para niños de la primera infancia, ancianos, enfermos e impedidos físicos. Es decir, las personas de la tercera edad, mujeres en gestación, niños, y los que padecen problemas físicos no tienen acceso, precisamente, porque su construcción no es para una Biblioteca, incluso su auditorio pareciera la peor construcción de los Chinchas.

Llega a la alcaldía otro forastero, también ingeniero, César Carranza Falla. Este falaz personaje, lejos de fomentar la lectura de las personas y multiplicar en el seno de la provincia, construyendo otras salas de lectura en los distritos, pecando de ignorancia vio la mejor manera de llevarse los consejos de un personaje “anónimo”, que en Chincha era un ilustre desconocido, optó por sepultar la Biblioteca, y sus ambientes, exclusivamente construidas para ese propósito, transformarlo en un “museo”, violando la Ley de Creación del Museo de Sitio en la Centinela.  


 

 

Este alcalde carente de una noción cultural, un perfecto analfabeto en temas de educación, con una inversión millonaria borró la Biblioteca, ante el silencio cómplice de los regidores, de la prensa cautiva y órganos sumisos mentalmente como la ANEA, que se han callado en todos los idiomas.

 


Muertos los intelectuales chinchanos como Luis Cánepa Pachas, Clorinda Pachas Torres, Adolfo Peschiera Gonzáles, Luis Brígnole Roy, Aurelio Chacaliaza Ávalos, César Rosas Roque, entre otros; los minusválidos mentales que quedaron, solo se dedicaron aplaudir la canallada y satrapía cometida contra Chincha, y todavía -para el colmo- se tomaron fotos abrazando al alcalde, y levantando en hombros a un tal Perona -dice- historiador. Un museo, señoras y señores debe tener un espacio suficiente y no estar cerca de un monumento arqueológico, por razones microbiológicas y otras interacciones.

El alcalde entrante Armando Huamán Tasayco y Emilio Del Solar Salazar, tienen la palabra de hacer cumplir la ley, o avalar la burrada cometida por el alcalde saliente César Carranza Falla. Veremos qué sucede.  Mantener al pueblo ignorante o velar por la cultura.

NB: Los artículos publicados en esta Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de su autor. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

 

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