Vladimir Cerrón volvió al ruedo. Ha vuelto a tener poder en el Gobierno de Pedro Castillo. Cuatro meses duró el distanciamiento entre el primer mandatario y la dirigencia perulibrista. Y ahora, en medio de sus procesos judiciales, se ha convertido en un “operador político” tras las sombras.
El resquebrajamiento en la comunicación se había iniciado el 6 de octubre de 2021, con la juramentación del gabinete ministerial de Mirtha Vásquez.
Designar a Vásquez en el premierato, en reemplazo de Guido Bellido que duró poco más de dos meses en el cargo, significó para Perú Libre abrirle la puerta a lo que ellos llaman la “caviarada” en el Gobierno.
Entonces, según fuentes allegadas al entorno presidencial, Cerrón y sus representantes en el Parlamento decidieron no seguir defendiendo las acciones que tomaba Castillo. Lo dejaron solo. Y empezaron a calificar de erróneas sus medidas.
Los legisladores cerronistas dejaron de reunirse con el jefe del Estado hasta unos meses después. No obstante, Castillo sí mantuvo comunicación con la base magisterial.
Vacancia, el pretexto
Ese alejamiento comenzó a acortarse el 6 de diciembre de 2021 cuando Castillo conversó con Cerrón y Bellido en Palacio de Gobierno por varias horas.
Según fuentes, el tema principal fue la moción de vacancia cuya admisión se iba a votar en el Congreso. Días antes, algunos representantes del cerronismo en el Parlamento anunciaban que iban a “evaluar” la iniciativa para destituir al presidente.
Este era un riesgo que Castillo no podía tomar. Cerrón en la reunión le reiteró al presidente que la bancada iba a oponerse al plan sistemático de vacancia, pero que la relación con el partido “debía mejorar”.
También propuso reconformar el gabinete ministerial, que implicaba la salida de Mirtha Vásquez y las figuras de Nuevo Perú, como Pedro Francke y Anahí Durand. Su sugerencia de cambiar al equipo fue confirmada por Cerrón en Hildebrandt en sus Trece. Además, personas cercanas comentan que él no llegó a tener un buen nivel de confianza con Mirtha Vásquez.
Y volvió la alianza
Posteriormente, las reuniones continuaron, pero la decisión de retomar la relación se dio el 7 de febrero, luego del frustrado gabinete de Héctor Valer, que Cerrón finalmente descalificó. Señalan que el líder de Perú Libre le dijo a Castillo en reunión que la bancada le daría el soporte que necesitaba en el Parlamento, pero le pidió a cambio que perulibristas integren el gabinete.
Los dos aliados antes de las elecciones.
El presidente aceptó la “alianza estratégica” y al día siguiente Castillo tomó juramento al actual y cuarto gabinete ministerial que integran dos personas cercanas al cerronismo y en ministerios cruciales: Salud y Energía y Minas. Estas carteras son las principales en las que Cerrón, indican, busca replicar la gestión que hizo como gobernador regional en Junín.
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Sin embargo, para evitar que haya un copamiento de perulibristas en el poder, Castillo también dio espacios a otras fuerzas políticas y designó como primer ministro a Aníbal Torres, quien ahora mantiene una relación de respeto con Cerrón.
De esta manera, se recompuso la relación, pero no al mismo nivel que antes. Indican que el clima es de diálogo, no “de imposición”, y es el presidente quien toma las decisiones y despacha directamente con Torres.
Operador político
Por su parte, Vladimir Cerrón y sus principales figuras en la bancada han iniciado un trabajo político a favor del Ejecutivo en el Congreso. Él, como “operador político con experiencia”, ha conversado con diferentes bancadas para evitar mayor confrontación entre los poderes.
Sus congresistas más cercanos han presentado iniciativas para defender al Gobierno, como las mociones para crear una comisión investigadora de la reunión de la oposición y para censurar a la mesa directiva.
Abrazo entre Waldemar Cerrón y María del Carmen Alva sería parte del trabajo político de la bancada de Perú Libre. Foto: captura del Canal del Congreso
Relación con Cerrón es perjudicial
Por Katherine Zegarra, politóloga
La búsqueda de apoyo en otras bancadas no habría sido suficiente. En cierta parte, Pedro Castillo requiere de respaldo parlamentario y se lo puede dar el supuesto partido de gobierno. Está buscando mantener un mínimo de apoyo para su continuidad. Por otro lado, me da la impresión de que Vladimir Cerrón busca acumular poder, no solamente por parte de su partido, sino también con una posible relación con Castillo. Sin embargo, en el Perú las relaciones partidarias tienden a ser muy débiles, yo no auguro que sea de mediano o largo plazo, dependerá de cómo se va desarrollando el ámbito dentro del Congreso. Castillo por sí solo ha cometido una serie de errores políticos que ha logrado que pierda apoyo no solamente en el Parlamento, sino también en la ciudadanía. En gran parte la relación sí es perjudicial porque Cerrón no es una persona solamente cuestionada, sino también sentenciada. Incluso puede disminuir el apoyo que tiene Castillo. Pero, de hecho, sí necesita un apoyo y hemos visto cómo el gabinete tiene presencia de diversos partidos.
Fuente: La Republica
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