En OPINIÓN LIBRE |

Los petroglifos de Huancor, heridos a muerte

El ex alcalde Emilio del Solar Salazar fue el primer devastador y demoledor de los restos arqueológicos de Chincha.

 



  Por: Eucadio Gutiérrez Solano  


 
Gobiernos locales cómplices de la: DESTRUCCIÓN CRIMINAL DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS
 

Chincha quizás sea el único pueblo del mundo que no ama a su patrimonio cultural, y sea así el destructor y sepulturero de sus restos arqueológicos.

En los últimos 20 años han sido depredados y demolidos aproximadamente el 60 por ciento de los centros arqueológicos pertenecientes a la Cultura Chincha, y lo más sorprendente con el aval de los gobiernos locales.
 
En la historia mundial Chincha tiene el privilegio de ocupar las principales páginas, dado a su connotación universal, por haber sido los navegantes, comerciantes y pescadores más famosos del continente prehispánico, no superados por ningún otro pueblo de la época milenaria.

La arquitectura monumental de Chincha tampoco ha sido superada por las culturas que se desarrollaron en el territorio peruano ni en el mundo. En el valle chinchano, según el arqueólogo Alberto Bueno Mendoza sobresalían más de 300 construcciones o edificaciones extraordinarias, orgullo de los constructores antiguos.

Hablar de la cultura Chincha es hablar de la Medicina (trepanaciones craneanas), tejidos (mantos), artesanía (burilados de mates, filigrama de huesos, decorado de maderas, cestos, esteras…).

En el campo de la agricultura tampoco tenemos comparación con otras culturas de su tiempo. Más allá del desarrollo agrícola en los valles y en los andes, los famosos Chinchas hicieron sus andenes  en precipicios (río San Juan) y lo cultivaron, convirtiendo dichos lugares  en una especie de “jardines colgantes” como sostenía -con pruebas- Luis Guillermo Lumbreras.

La agricultura realizada en el valle interandino de Yánac es envidiable. Los andenes chinchas, miles, son mudos testigos de la grandesa agrícola de nuestros ancestros que nos legaron y dejaron como muestra el dominio de la alta ingeniería que poseían.

En el campo de la educación, los Chinchas, unos mil años antes que Guamán Poma de Ayala hiciera su Crónica, “escribió” los petroglifos de Huancor. Como si esto fuera poco el amauta de aquel tiempo  rubricó con su puño y letra al quipucamayoc chinchano en una de las piedras de Huancor, que  no aparece en ningún otros petroglifo, posiblemente plagiada por Guamán Poma.
 
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Se podrá relatar libros tras libros de la Trascendencia Histórica de Chincha. De sentirnos orgullos de su epónima historia. Es maravilloso. Lamentablemente sus vestigios, sus monumentos vienen siendo depredados y enterrados, haciendo desaparecer las páginas gloriosas de nuestra sacrosanta historia, legado por un pueblo aguerrido, fuerte e invencible.

El ex alcalde Emilio del Solar Salazar fue el primer devastador y demoledor de los restos arqueológicos de Chincha, después de los españoles. Ninguna autoridad ha hecho tanto daño a la arqueología chinchana como este personaje de Chincha Baja. Por ganarse los votos y  aplauso de los habitantes y salir reelegido una y otra vez  sepultó los restos arqueológicos de Huaca Salitre (Pachacútec), formando sobre ella un Centro Poblado.


En Huaca Salitre se hallaba los frisos que representaba al dios de los Chinchas, el Jaguar. Esta reliquia arqueológica desapareció por culpa de Emilio del Solar. El Ministerio de Cultura se calla, demostrando su complicidad.

Otro hecho insólito es la desaparición del Qapac Ñan o caminos del Inca (Chinchas) que unía el centro arqueológico de Chinchaycámac (La Centinela), con la huaca El Alvarado y el sur del país.

Y, lo peor constituye la desaparición en un 90 por ciento de los frisos que se hallaba en la parte alta de “La Centinela” (Chinchaycámac), y como si fuera un galardón los mismos se encuentran por pedazos y deteriorados diseminados en la parte baja. Increíble.

Estos 3 casos solamente son ejemplos    de la serie de barbaries que se ha producido en el distrito de Chincha Baja. Lurinchincha y 24 de Junio siguen los mismos pasos.

En Alto Larán tenemos la desaparición de La Huaca Ramos y los centros arqueológicos de La Calera y Portachuelo, y el deterioro de los petroglifos de Huancor.
Con respecto a Sunampe se ha depredado unos 30 por ciento del Centro Comercial de El Cumbe, una parte de la Huaca Ortiz, Huaca Muñante y se borró de la historia la Huaca de los Sotelos.

En suma la historia milenaria de Chincha está a punto de desaparecer por completo. Los alcaldes, regidores, gobernadores y tenientes gobernadores son los verdaderos cómplices y promotores de la destrucción criminal de los yacimientos arqueológicos.

Hay que salvar a los que quedan. Esperamos que las autoridades cumplan con su deber que la ley les faculta, el de proteger los restos arqueológicos. Ojalá que así sea, y no como Emilio Del Solar.




 
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