William Alfonso Monterola Abregú, cambia de partido como cambiar de pantalones.
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Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial
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Es casi una rutina escuchar sobre los tránsfugas, que casi ya no nos detenemos a analizar sobre el significado que encierra dichosa palabra.
Según la Real Academia, tránsfuga es aquella persona que “pasa de una ideología o colectividad a otra”. Deberíamos añadir sin motivo o justificación alguna.
En la época nefasta del fujimontecinismo, congresistas de casi todas las bancadas abandonaron sus partidos originarios y muy orondos, con total desfachatez, pasaron a formar parte del partido de la mafia, liderado obviamente por Fujimori y montesinos. Al final la salita del SIN nos demostraría que habían sido comprados al peso. Esos son los prototipos del tránsfuga.
En esa misma época, otros congresistas, también fueron comprados al peso por la mafia, pero su trabajo consistía en boicotear las sesiones del congreso, a favor de la mafia. Esos también son considerados tránsfugas.
En esta época triste para la patria, el tal “cosito” que fue elegido para llevar los destinos de nuestro Perú por un camino distinto a los implementados por los vende patrias de Fujimori y su primera dama keiko Fujimori, Toledo y su ministro de economía PPK, Alán García y su ministra de economía la damisela Mercedes Araoz. Decía el tal “cosito” al poner el primer pie en palacio se alineo con todos estos sátrapas de la patria y con esa traidora acción, solo comparable al del felón de Morales Bermúdez, encontró el desbande de sus congresistas. Casi todos lo hicieron por defender sus principios y sus promesas electorales, que estaban siendo avasalladas por la llamada pareja presidencial. En primera fila nuestro recordado Javier Diez Canseco y Cisneros, Verónica Mendoza y otras luminarias de nuestra izquierda. El tránsfuga en este caso es el tal cosito. Obviamente que los gonfaloneros de la derecha como Aldo M. llaman despectivamente “rojimios” ò “caviares” sin saber siquiera el significado de esa palabra. Amén de los tontos útiles, que abundan en las páginas del fb, que por instinto rebotan las biliosas frases de los mercenarios de nuestra democracia.
En nuestros lares, es decir a nivel regional, y por hablar de un tema de actualidad política, William Alfonso Monterola Abregú es un claro ejemplo de transfuguismo.
El año 2,006 postulo sin suerte al Congreso por el partido Fujimontesinista Alianza por el Futuro, que agrupaba a lo más rancio del fujimorato y representaba al cogollo mismo de la mafia con la tristemente recordada Martha Chávez a la cabeza, conformados por los partidos Cambio 90 - Nueva Mayoría – Si Cumple.
El año 2,011 volvió a postular al Congreso, pero ahora por el partido Político Perú Posible, que se había enfrentado abiertamente a la mafia fujimorista, realizando la marcha de los cuatro suyos, para fortalecer su postura. La mafia no se quedó cruzado de brazos, dos inocentes vigilantes del Banco de la Nación murieron por acción nefasta del fujimontesinismo. A poco de instalarse como congresista y sin motivo alguno renunció al partido que lo llevó al parlamento y formo un esperpento de agrupación política que la denominó Unión Regional, que murió de contradicciones y de inanición.
En esta elecciones pretende repetir el plato, pero ya no por el partido Perú Posible no por Unión Regional, sino por el partido de la mafia fujimontesinista, Fuerza Popular. El 2006 lo apoyó junto a Glodo, el 2011 lo enfrentó y ahora lo vuelve a apoyar. Esta sinuosa carrera política, que carece de inspiración doctrinal y política, es típico en la mayoría de candidatos a todo nivel. De allí provienen nuestras miserias como patria y de allí proviene también nuestra desgracia como pueblo.