Por: Eucadio Gutiérrez Solano

Nancy Rivas Pachas (65), madre ejemplar y maestra destacada de Educación Inicial partió a la diestra de Dios. Se trata de una mujer paradigmática que, por circunstancias de la vida, fue madre y “padre” de sus hijos.

Luchadora incansable y educadora -sin par- fue modelo de trabajo y honradez para sus hijos, tal es así que bregó por ellos hasta lograr su profesionalización. No sintió el dolor, el cansancio ni el hambre para sobresalir en la vida. Después de su hora de trabajo, como docente, la vimos recorriendo distancias para conseguir dinero para sostener la educación universitaria de sus hijos.

La maestra Nancy Rivas, estudió en el Instituto Superior Pedagógico de Chincha, graduándose como profesora de Educación Inicial. Su centro de labores fue el distrito de Grocio Pardo. Rivas Pachas demostró ser una mujer leal y servicial con sus amigos. Se caracterizó por su humildad y fortaleza moral. Deja 4 hijos: 3 mujeres y un varón.  Conocemos sus sacrificios y desvelos para sacar adelante a sus vástagos, y cuidar su salud de ellos en los momentos difíciles. En su escuela se destacó en varios aspectos, mereciendo el aprecio de sus niños y colegas. La docencia para ella fue un apostolado, donde cumplía con eficiencia sus labores. Impuso, orden y limpieza en su aula.

Hace más de una década supo construir su humilde casa en el pasaje Rivas, paralelo a la Av. América. Queriendo el bien de sus hijos nunca demostró malestar alguno hasta antes de ser llevada al hospital, en donde falleció, según se nos comunicó. La profesora María Quispe Rodríguez, fue su amiga, con quien compartía los sabores y dolores de la vida. Ella vivía a unos 100 metros de distancia y frecuentemente visitaba a la docente María Quispe, profesora también de Inicial, con quién compartía las rutas del saber de los educandos.

Mujeres con mucho tributo y talento son pocas. Sus enseñanzas quedarán para el aprendizaje y práctica de sus hijos y de las personas que la conocieron. Sus familiares y amigos lloran por su súbita muerte, que enluta al magisterio chinchano. Es nuestro deber decir la verdad, porque ella merece mucho más, por ser maestra y madre ejemplar. Descansa en paz señora Nancy.