Por: Eucadio Gutiérrez Solano    Mag. Químico-farmacéutico y periodista

El gobierno en general desesperado por la plata estaría permitiendo que la corrupción socave la moral del pueblo chavinero. La plata proveniente de la mina es tentadora y genera dependencia, además de ser el “banco” que auxilia de manera clara la asfixiante situación que afronta -hoy- el Perú a causa de la pandemia.

De modo, pretender que la corrupción sea sancionada es un sueño, aunque patalee lo que patalee el pueblo y sus líderes honestos. Las cosas son tan claras que hasta un ciego puede ver su desgracia.

Los signos visibles de la corrupción (en complicidad con la multimillonaria minera Nexa Milpo)  han sido denunciados constantemente por los comuneros de Chavín. Más de 15 años de protestas, reclamos, denuncias, marchas, paros, toma de carreteras, persecución implacable, festinación de hechos, abuso de poder. En suma, el imperio de una podredumbre, palpable, condenable y sancionable se hallan impunes, porque el gobierno no ve, ni huele el hedor. 

Los reclamos del pueblo es como verter agua en el palacio de gobierno, lleno de microbios altamente infecciosos, que no obstante a la gravedad infectante, el gobierno lo soporta y lo protege, porque el dinero está primero antes que el pueblo. Es ser iluso creer que el gobierno persigue la “minería ilegal”, cuando se muere por la plata, igual que los delincuentes. Se puede colegir que es un asalto legal. No es un robo con armas y cuchillos, sino pacífico.

En pocas palabras sin animus de injunriandi ni menos hacer quedar mal al gobierno, el anclaje de corrupción en algunos lugares del país, tiene su curso peor que lo jefaturado por ODEBREHT, supuestamente amparado por el gobierno.

Más de 200 millones habrían corrido el más escabroso camino de la corrupción, con la protección de una mano negra para que la actúan gansteril de los supuestos delincuenciales queden oculto e impunes.

Basta una sola prueba. La vacancia producida contra el ex alcalde de Chavín Raúl Solano De la Cruz, con un proceso totalmente viciado y prevaricador, dice claramente que la razón y la legalidad carecen de valor, cuando se lucha y es contrario al esquema sucio de la corrupción, cuando la vida corrupta se encuentra en peligro y necesita resguardo. El pueblo tiene perfecto conocimiento de lo escabroso que sucede en Chavín. Los jóvenes no cesan de luchar, a pesar que combaten con un monstruo de 7 cabezas.  A diario vemos en las redes las quejas y denuncias de los comuneros. Con un poco de billete se arregla y calla todo.  Los signos de riqueza de los traidores lo dicen todo. Quienes andaban con su chaplita y su burrito, ahora tienen camioneta de 4x4, cuyo costo está cerca de 200 mil soles, mientras el pueblo vive sin servicios higiénicos y en chozas de piedras. En tanto, los enfermos afrontan su peor suerte.

Si se analizara la realidad de Chavín en sus diversas facetas, el más quedado o ingenuo se asombra de la pestilencia y atraso que vive el pueblo. La posta médica y la educación, por citar, son lugares de calvarios, cuando debía tener la mejor atención y calidad en sus servicios. ¿Cómo es posible que en un centro minero la atención sea deficiente con medicinas genéricas, cuando debe usarse medicamentos de marca? Hemos visto que para calmar un dolor terrible de las articulaciones emplean ibupropefeno. Esto es un atentado a la vida de los enfermos. El antiinflamatorio no le calma el dolor, se requiere de medicamentos más potentes y tratamiento médico permanente. La mayor parte de los ancianos padecen de este mal, se podía decir de una epidemia en Chavín, de preocupación. Las autoridades para su repartija quieren plata y más plata, descuidándose de los moradores. Así está Chavín, pueblo que parece manejado por delincuentes, y peores que muchos de ellos. Tatán robó para el pueblo.