Poseedora de uno de los desiertos y dunas más deslumbrantes del planeta, la región Ica volverá a ser este año el epicentro de la célebre Maratón Des Sables, considerada una de las carreras más difíciles del mundo.
Del 30 de noviembre al 6 de diciembre, más de un centenar de atletas recorrerán paisajes inigualables donde solo se escucha el sonido del viento y el calor es abrasador durante el día.
Tal como ocurrió con espectacular rally Dakar, que este año se desarrolló íntegramente en el desierto peruano, la Maratón Des Sables (Maratón de las Arenas, en castellano) eligió por segundo año consecutivo el impresionante desierto iqueño. Con sus cautivantes dunas, oasis y litoral de ensueño, esta competición pedestre exige al límite la capacidad de resistencia de los participantes al abrasante calor y la sinuosa arena fina que deben transitar para llegar a la meta.
A continuación, repasemos algunos de los impactantes escenarios que impactarán por su belleza paisajística a los participantes en la intensa y desafiante Maratón Des Sables.
Reserva Nacional de Paracas
Con una superficie total de 335,000 hectáreas, la Reserva Nacional de Paracas fue creada como área natural protegida por el Estado, el 25 de setiembre de 1975, para proteger muestras representativas de nuestros ecosistemas marino-costeros. Está localizada en el kilómetro 245 de la Panamericana Sur y su ambiente combina naturaleza y aventura.
El viento intenso, que puede alcanzar 50 kilómetros por hora, le da el nombre a la zona. Paracas procede de dos vocablos quechuas y significa “lluvia de arena”. Entre agosto y octubre es costumbre la presencia de estas tormentas de arena.
En el desierto de Paracas casi nunca llueve. Sin embargo, sus dunas poseen una belleza abrumadora. Sus acantilados, de singulares formaciones rocosas, son bañados por el mar formando una diversidad de hermosas playas. El mar resalta por sus tonos turquesa e índigo.
Reserva Nacional San Fernando
La Reserva Nacional San Fernando se ubica entre las provincias de Ica y Nasca, en una zona que destaca por su biodiversidad debido a que en este lugar confluyen nueve ecosistemas, como las lomas costeras, los bosques ribereños y el desierto.
En esta área natural protegida destacan las penínsulas de Punta Gallinazo y Punta San Fernando, ambas ubicadas en forma paralela y muy cerca la una de la otra, con un islote en el centro.
Oasis de Huacachina
Ubicado a las afueras de la ciudad de Ica, donde destacan imponentes dunas de hasta 200 metros de altura, el oasis de Huacachina es un destino ideal para practicar sandboarding. A su alrededor se generó una pequeña localidad con una población permanente de alrededor de 120 habitantes.
Sobre la laguna Huacachina hay un número de leyendas locales que rodean este lugar mágico. Una de ellas refiere que una princesa local, dolida por la muerte de un guerrero amado, entró en el desierto y comenzó a llorar. Sus lágrimas cayeron sobre la arena y pronto se convirtió en un pequeño charco. Cuando notó que un cazador la observaba, huyó, dejando el charco de agua que luego se convirtió en laguna.
Según otra versión, una hermosa princesa inca caminaba en el desierto, admirándose en un espejo de mano, cuando sus ojos avistaron a un cazador. Huyendo de él, dejó caer el espejo que se hizo pedazos y se convirtió en un pequeño lago en medio del desierto.
Cañón de los perdidos
Se localiza al sudoeste del distrito de Santiago, en el sector denominado Montegrande y a 40 kilómetros al sur de la localidad de Ocucaje, en la provincia de Ica. Esta fisura en medio del desierto tiene una extensión de 2 kilómetros y una profundidad de entre 200 a 300 metros. Fue descubierto en julio de 2011.
El cañón se formó por la erosión del río Seco que desemboca en el río Ica. En medio del cañón se encuentra una laguna formada por aguas subterráneas. Esta impactante formación geológica se ha convertido en los últimos años en un centro de peregrinaje de estudiosos y viajeros de todo el mundo.
A simple vista el Cañón de los perdidos tiene cuatro niveles. Recorrerlo demanda un tiempo aproximado entre 2 a 3 horas. Este recorrido produce en los visitantes diversas emociones porque se aprecian diversas figuras naturales llamadas “Rostro del puma”, “La calavera”, “El feto”, “Tobogán del cañón”, “La plaza caracol”, “El anfiteatro”, entre otras por definir.
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