Por: Eucadio Gutiérrez Solano Profesor/Periodista Q.E.P.D. |
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El gobierno peruano pondrá escuelas y maestros para 60 mil escolares venezolanos, cuando miles y miles de educandos peruanos no tienen los más elementales servicios educativos. Lo dijo el economista, Daniel Alfaro, Ministro de Educación, un ciego en temas educativos.
Un tremendo fanfarrón que para él construir escuelas es la meta educativa, llamados hasta el cansancio como instituciones educativas, ignorando que tiene como sinónimos: escuelas, colegios, centros educativos. Pobre ministro que carece de competencia educativa y adolece de cuestiones gramaticales.
Daniel Alfaro tiene la desfachatez de anunciar que el Perú atenderá a unos 60 mil estudiantes venezolanos. Para el neófito en educación, esto de atender a los extranjeros se trata de una excelente obra. Hay que aplaudir. A unos pasos de Lima y en el interior de país los niños asisten a escuelas que están en las peores condiciones, construidas de cualquier forma y a varios kilómetros de distancia de la residencia de los niños, siendo sus servicios higiénicos letrinas inservibles, como el caso de las ubicadas en las alturas de los distritos de Castrovirreyna.
En cuanto a la calidad educativa, este ministro mediocre, sabe que el Perú atraviesa por la peor crisis educativa. El currículo nacional es un desastre, encaminado a formar minusválidos mentales, delincuentes, asesinos, sicarios, y personajes sin valor moral. Debe saber Daniel Alfaro, el Currículo Nacional, fue diseñado para eso, para la formación de educandos de bajo nivel escolar, pero sí brillantes en la ociosidad y sobrevalorados como serviles mentales.
La educación para el raterismo y retardo mental fue promovida por Alberto Fujimori, con el cuento de excelencia educativa. En la década de 1990, se diseñó a pedidos del Fondo Monetario Internacional, el modelo de taradización intelectual, de sumisión, obediencia y conformismo, con finalidad de perpetuarse en el gobierno por 50 años, como ellos anunciaban a todo pulmón.
En tanto, los profesores han perdió su identidad. Los alumnos van a la escuela a vagar y no tener tareas. El currículo escolar está diseñando a formar “solemnes burros”, donde los alumnos cuando se presentan a las universidades, muchos no desarrollan ninguna pregunta, como el caso de Piura. En suma, la educación peruana está en la cola, decenas de años. Esta desastrosa situación educativa nacional no preocupa a nadie. El Congreso duerme y no pasa nada.
Sin duda, el incremento de la delincuencia es culpa de la pésima educación que se imparte en el Perú. Las asignaturas han sido retaceadas a libre albedrío de los “expertos” del Ministerio de Educación. Pareciera que las escuelas actuales son colegios donde se forman delincuentes, con un currículo sin peso intelectual.
Pese a la gravedad que afronta la educación peruana, el gobierno está empeñado a dar educación a 60 mil venezolanos, mientras los niños peruanos de los sectores rurales pasen hambre y se educan en condiciones infrahumanas. Es una paradoja, donde los cómplices son el SUTEP, y avalador de la educación mediocre el Consejo Nacional de Educación, entidad perjudicial para el desarrollo de la educación.
En tanto el gobierno no entiende el valor de la educación, seguiremos de mal en peor en el campo educativo, años tras años. Para que la educación nacional tenga sentido tiene que haber una verdadera reforma educativa. Basta ya de parches, remendones, calcos o copias de modelos foráneos, que lo único que han hecho es tener como bandera de ser los últimos en la educación mundial.
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