Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

Mientras los eternos enfermos mentales y mercenarios se oponen al progreso de Chincha, el alcalde César Carranza Falla viene cambiando el rostro de la ciudad, sobre todo haciendo obras en los sectores que fueron ocupados por más de 40 años por los vendedores informales, que ahora dichas calles lucen libres y ordenadas, gracias al equipo municipal que decidió poner orden al caos que reinaba, y  que -a la vez - era cúmulo de basuras, suciedad, bomba de tiempo de un desastre y nido de delincuentes y ratas. En otras palabras Carranza demostró tener el principio de autoridad y poseer los pantalones bien puestos, en armonía con sus regidores.

“Con la verdad no ofendo ni temo” decía el urguayo Gervasio Artigas. Lo que aquí expresamos es la verdad. Nadie debe escandalizarse ni incomodarse. Estamos en la prensa hace 44 años. De modo, conocemos las malas lenguas  y las  uñas de los perversos, la putrefacción y su vida carroñera. Ayer mataron al ex alcalde Francisco (Chito Peñaloza), alcalde cholo que luchó por Chincha. Los parásitos no les tuvieron compasión. Usaron la prensa para destruir y asesinarlo. Los alcaldes que sucedieron a “Chito” Peñaloza corrieron la misma suerte, de calumnia y difamación. No murieron físicamente, pero fueron mortalmente maltratados en el alma, salvo aquellos que les dieron de comer y beber a toda la familia, como sucedió durante el gobierno del Ing. José Navarro Grau.  

El delito de Carranza es haber ordenado a Chincha, y hacer obras de modernización. Lamentablemente ante este hecho positivo para Chincha, los mercaderes azuzan a los vendedores informales para que retornen a sus puestos, y así crearle problemas al alcalde provincial. Esto es hacer daño  Chincha-

Ya hemos acotado que a la prensa perversa no les interesa el desarrollo y ordenamiento de Chincha. Solo les importa ganar dinero, que el alcalde les pague a toda su generación: abuelo, hijos y nietos. Es decir vivir de las arcas del municipio.

Al alcalde anterior Lucio Juárez Ochoa no le dejó trabajar. Les hicieron la vida imposible, no permitiéndoles hacer la Plaza de Armas moderna, como requería Chincha.  Hasta complotaron con los sinvergüenzas del Ministerio de Cultura, quien emitió una estupra e írrita resolución.

 

Las obras se ven. La mayor parte de la población siente la alegría que su ciudad, conocida como la capital de la cordialidad y cuna de campeones, ha entrado a la era de la modernidad,  del orden, la limpieza y trabajo solidario. Los informales 40 años ocuparon las calles, adueñándose de ellas y haciendo lo que quieren bajo el amparo de muchos ex alcaldes. Ellos se convirtieron  en el caudal electoral de los  candidatos a la alcaldía. Así el ex ministro de Educación, José Navarro Grau, fue reelecto una y otra vez. Los malos informales con cada alcalde que entraba negociaban 4 años más de ocupación de las calles. Se habló mucho de una bolsa que portaban estos vendedores. .

Los mercenarios de la comunicación arguyen que se han perpetrado una injusticia contra los vendedores ambulantes, cuando el más del 80 por cientos de ellos hicieron fortuna, adquiriendo muchas propiedades; casas de 2 y 3 pisos, y haciendo profesional  sus hijos, incluso comprando galerías comerciales como Milenium y Vega, para luego venderlo a precios de usura, y alquilarlos.

En la actualidad, a pocos días de ser desalojados, son dueños de espacios comerciales lo que quiere decir que tenían suficiente dinero para comprar lotes de terreno comercial, a precios elevados.

Entonces, ¿de qué injustica se habla? Si hay prensa honesta, ella debe defender el ordenamiento de Chincha.
 
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