Lima, es la ciudad de todas las sangres y el mejor retrato del Perú integral dotado de multiculturalidad e interculturalidad.
Por: Ronald Del Río Altamirano, DNI 0743649 - E-mail: ronalddelrio.51@gmail.com - Celular: 996 771 939
La migración, producto del desborde popular no representado por el marco institucional, repobló la costa hace muchos años. Un Perú Profundo -concepto acuñado por Jorge Basadre y retomado por José María Arguedas- avanzó sobre los cauces del Perú Oficial.
El desborde de los excluidos luego de la Segunda Guerra Mundial cambió el rostro del Perú y de toda la costa. La migración, el hecho social más importante del sigloXX, litoralizó la población nacional. Este desborde andiniza las grandes ciudades costeñas, la ruraliza. Lo que ha ocurrido es que lo andino ha conquistado la capital y las ciudades costeras con un avance silencioso.
El desborde popular, la oposición entre el Perú Oficial y el Perú Profundo, hacen que la Lima de ahora y las demás ciudades costeñas ya no excluyan al resto del país. Ya tenemos 9 tipos de limeños de los que habla el experto en Marketing Rolando Arellano: los conservadores, los tradicionales, los emprendedores, los sobrevivientes, los trabajadores, los sensoriales, los adaptados, los afortunados y los progresistas.
Lima es una metrópoli donde viven actualmente muchos de nuestros paisanos. Es hoy una ciudad conquistada -o reconquistada- por los migrantes, la más grande de nuestras ciudades y probablemente la más serrana del País. Pensándolo bien, aquí la tenemos y es recién a estas alturas del siglo XXI que empezamos a comprender que simplemente es otra, más diversa, mestiza, emprendedora, cosmopolita, caótica, virreinal, complicada, andina, amazónica.
La Lima mazamorrera está aquí, también la del cuy chactado, la de la cecina con tacacho, la del choclo con queso, papa con huevo, la de los pagos a la Pachamama, la de la danza de las tijeras, la de nuestros músicos emblemáticos como Víctor A. Gil (Picaflor de los Andes), Lorenzo Palacios (Chacalón), Los Mojarras, Los Shapis, todos ellos ídolos del provinciano andino, de los artesanos selváticos, ayacuchanos y de todo el Perú.
Unos de aquí otros de allá, todos en un mismo espacio geográfico, aportando a la vida nacional. Ciudad de todas las sangres y de todas las lenguas, el mejor retrato del Perú integral dotado de multiculturalidad e interculturalidad. Es la capital que alberga a muchos de nuestros hermanos, es un Perú en chiquito, un pequeño planeta que ha crecido desordenada y caóticamente -en gran parte por la falta de diálogo entre las diferentes cosmovisiones, tradiciones y costumbres que la pueblan-, una urbe que ha empezado a integrarse y a seguir el natural proceso de mestizaje de sus vecinos y vecinas. La capital peruana es hoy una ciudad globalizada y nacional, cosmopolita y popular, mestiza y andina.
Nuestro país y su capital, Lima, es el crisol de toda las sangres, poblada de una ancha mesticidad, de una amplia choledad. Porque lo cholo es el mejor retrato de la ciudad y del País. Los cholos actuales somos producto de la fusión cultural del mundo andino con la cultura criolla urbana de la que nace una tercera identidad: la identidad chola; sin embargo, se mantienen -como lo atestiguan los 7000 clubes provincianos en Lima- las costumbres ancestrales en las yunzas, bailes, fiestas patronales, sabores, olores, música, lenguaje.
Hoy se ha impuesto la laboriosidad del ande y por lo tanto el carácter trabajador del peruano, su carácter emprendedor, su creatividad o ingenio en una ciudad integradora de todas las etnias y nacionalidades. Esta Lima mestiza resuelve las controversias, tanto de aquellos que la han endiosado como de aquellos que la han satanizado. País y Capital por pluricultural y plurilingüe. Una ciudad en proceso de destrucción y construcción simultánea.