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Modestos consejos de un amigo y su canario al embajador Martín Vizcarra

POLITICA NACIONAL.

Para César Hildebrandt, el ahora diplomático en el país del frío y de la hoja de arce, podría ser el próximo presidente del Perú por descarte.

No es por culpa de Martín que el que fue elegido por ser considerado el mal menor ahora se haya convertido por sus mentiras en un mal mayor, que debe irse y volar en otros aires.
No es por culpa de Martín que el que fue elegido por ser considerado el mal menor ahora se haya convertido por sus mentiras en un mal mayor, que debe irse y volar en otros aires.

Preámbulo

Martín Vizcarra puede ser nuestro próximo presidente. Un co-gobierno con el fujimorismo sería una traición. Reactivar la econo­mía pero no perdonar a los delincuentes que participaron con Odebrecht. No confiar en Kenji Fujimori, ni reunirse con Keiko. La gente pide que nos libremos del Poder Judicial que nos enmierda. Su gobierno debería se de centro y dejar de ser el baño de la CONFIEP. La derecha está feliz con eso pero ignora que así está incu­bando un rencor social que podría desenca­denar, la segunda “guerra interna". Dialogue con la gente. No podemos seguir viendo a policías como jefes de pandillas. Ayudar a la agricultu­ra de consumo interno, diversificación pro­ductiva, que la derecha desca­lifica. Usted no le debe nada ni a la izquierda ni a la derecha.

Modestas sugerencias
 

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El señor Martín Vizcarra puede ser nuestro próximo presidente. No lo será por elección popular sino por descarte, pero eso no le res­ta méritos. Al fin y al cabo, él no tiene la culpa de que el presidente Kuczynski haya despilfarrado el capital po­lítico con el que arrancó.

Pues bien, sería bueno que el se­ñor Vizcarra tuviera en cuenta algu­nos asuntos:

1) Un co-gobierno con el fujimorismo sería visto como una traición. Todos creerían que Vizcarra y la exprimera dama de la corrupción tramaron la vacancia conectando el Paseo Colón con Ottawa.


2) Es necesario reactivar la econo­mía. Pero eso no puede significar perdonar a los delincuentes que participaron en la trama de Odebrecht, como quiere hacer PPK (ver columna de Pedro Francke en esta edición).


3) Habrá que reformular el gabine­te optando por una tregua con las fuerzas políticas ajenas al legado de Alberto Fujimori. Ese gabine­te debería representar a las ban­cadas actuantes hoy y a partidos expectantes, víctimas de la marginación, como el de Guzmán. Y debería ser una mezcla sinérgica de operadores políticos y técnicos de verdad. Los ilustres indepen­dientes, que son lo mejor del país probablemente, no debieran ser desdeñados.


4) Mucho cuidado con Mercedes Aráoz. Usted sabe por qué.


5) Romper con la “mancha blanca”, el lobismo insaciable, las amistades peligrosas y los negociados como el que se empieza a hacer con los Panamericanos. Su go­bierno tendrá que ser una sabia transacción de la continuidad y la ruptura.


6) No confiar en Kenji Fujimori y sus sueños de patriarca reencarnado. Que esté recogiendo las sobras de su hermana no significa que sea un aliado digno de tenerse en cuenta.


7) El gobierno, librado de PPK, tiene que tener rumbo y metas. La prin­cipal de estas metas podría ser la de llegar al 2021, fecha tan simbólica, con institu­ciones saneadas y consolidadas, con un Estado en for­ma y una sociedad regida por la ley. Para eso se nece­sita una poderosa campaña contra la corrupción. Y el primer paso de esa campaña de­berá ser fumigar el Poder Judicial. Sí: hablo de una reorganización cabal que nos libre de este chan­cro. ¿Independencia de poderes? ¡Pamplinas! El poder de la gente demanda que nos libremos del Poder Judicial que nos enmierda. Que los doctores y los constitucionalistas digan cómo se hace esto.


8) El nuevo gobierno debería acer­carse al centro y dejar de ser los servicios higiénicos de la CONFIEP y los poderes del billetón. La derecha está feliz con eso pero ignora que así está incu­bando un rencor social que podría desenca­denar, a la larga, la segunda “guerra interna” cebada en la ira popular. Usted, que ha sido goberna­dor provincia­no, sabe de lo que hablo.


9) Habrá que dialogar con la gente, con sus representan­tes gremiales, con sus porta­voces regiona­les. No se trata de encerrarse en Palacio y decir que los agitadores quie­ren hacer de las suyas.
Hay conflictos en marcha que son perfectamente ne­gociables y que no incidirían demasiado en el tamaño del presupuesto nacional.


10) Pero el Perú también quiere autoridad. Y desde esa perspectiva debería ser pasible de inmediata causa penal la inte­rrupción de las redes viales y el ataque salvaje a quienes quieren hacer uso del derecho al libre tránsito.


11) Se ha avanzado algo con la Policía pero es importante con­tinuar la cam­paña de limpieza. No podemos seguir viendo a uniformados agentes del orden como jefes de pandillas, mandantes de si­carios, socios de traficantes de tierra.


12) Es imperativo darle prerrogati­vas adicionales a la Contraloría para que ejerza vigilancia previa sobre el gasto público cuando esté por encima de los cien mi­llones de soles.


13) Sería vital ayudar a la agricultu­ra de consumo interno y a la industria que se comprometa con la sostenibilidad y el avance tec­nológico. Hablo, en general, de la famosa diversificación pro­ductiva, que la derecha desca­lifica sin saber de qué se trata y sin pensar en el futuro del país.


14) Cuidado con retroceder en el asunto de las universidades-an­tros que pretenden ahora, con la “nueva” SUNEDU, obtener licencias que no se merecen.


15) No se deje avasallar por los periodicazos de los Miró Quesada y por los canalazos de la misma familia. Usted es un hombre de clase media que va a llegar al poder porque su presidente de­feccionó. Usted no le debe nada ni a la izquierda ni a la derecha. Haga el gobierno moderado que le salga de los forros. Moderado y limpio. Moderado y honesto.


16) No se junte con la barra brava de los caviares. Su voluntarismo confuso lleva a la antiminería fanática, al relativismo de los valores, al feminismo de carica­tura (cuando no al usufructo de fondos extranjeros que a veces son difíciles de controlar).


17) Ojalá que no se le ocurra abandonar el sistema jurídico internacional representado por la Corte de San José. Ese es el sueño de los Colina y de su patrón. Si la Corte Interamericana de Derechos Humanos revoca el indulto concedido por PPK, pues habrá que aca­tarlo. Y si eso significa que el señor Fujimori regrese a la cárcel, pues que regrese.


18) ¿Recuerda “El padrino” señor Vizcarra? ¿Recuerda cuando Corleone padre le dice a su hijo: “quien quiera llevarte a la reunión, ese es el traidor”? Pues tenga en cuenta esa escena cuando le propongan una cita con madame Keiko. Se la va a plantear algún columnista de “El Comercio”.


NOTA BENE: La analogía del canario se usa prolijamente en la comunicación politica para hacer advertencias de peligros inminentes. Como se sabe, los mineros hasta bien entrado el siglo XX llevaban consigo al socavon un canario. Como no existía ninguna tecnología capaz de advertirles de la peligrosa presencia de gases como el metano o el monóxido de carbono que podía ocasionarle consecuencias fatales al inhalarlos, ellos utilizaban un canario para ese fin.

Los canarios son pájaros altamente sensibles y reaccionan con histéricos aleteos y finalmente con la muerte al entrar en contacto con concentraciones de esos gases tóxicos. Es por eso que los mineros bajaban con un canario en una jaula y si el pajarito empezaba a aletear de manera incontrolada los trabajadores sabían que era el momento de salir del socavon. Asi los canarios se convirtieron en un mecanismo de alarma que salvaba muchas vidas humanas. Algo asi como la luz roja del semáforo o como un limite que no se debe traspasar.o de la presencia de cosas que se debe evitar.
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