Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial |
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El “señor” Almirante Jorge Montoya salió de su privilegiadísima hibernación – jubilado con 12, 000.00 soles de sueldo mensual, carro que anualmente se renueva, mayordomo, seguridad y chofer a su servicio los 365 días del año.
Adicionalmente recibe mensual y religiosamente 200 galones de gasolina para su auto particular y otros 200 galones de gasolina para el auto oficial que está a su servicio, clínica privada de almirantes enclavado en el hospital naval donde fallecen subalternos y familiares por falta de camas UCI; entre otras cuestionables e indebidas gollerías que suman algo más de S/. 50,000.00 mensuales que el “señor” recibe sin inmutarse a pesar de la pandemia y los miles de muertos y miles y miles de peruanos en extrema pobreza.
Multipliquen esa cifra por todos los almirantes y generales en retiro y actividad de las FFAA y FFPP y verán que el resultado es una cifra astronómica que mella significante la alicaída economía del país y que la cubrimos todos los peruanos de a pie. Este privilegio es exclusivo, excluyente y es una afrenta a todos los jubilados de nuestro país que reciben en promedio 500 soles mensuales, bien ganados y bien sufridos.
Este “señor” almirante salió con el pie en alto, envalentonado como un león – antaño micifuz que firmó con la cabeza gacha el acta de sujeción impuesta por la mafia fujimotesinista - de la mano del neonazi, díscolo y evasor de impuestos Rafael López Aliaga, para regurgitar la monserga NO AL COMUNISMO y sus congéneres y mayoritariamente el personal subalterno de las FFAA y en particular gente de la marina que replican y aplauden.
No al terrorismo se desgañita el “señor” almirante, que jamás estuvo en el frente, pero sí muy bien servido y atendido por su cocinero, su mayordomo, su chofer y bien resguardado por cierto. El “señor” almirante es un guerrero de papel, de escritorio, en suma un fantoche, cómplice de las matanzas y ladronerías perpetradas por el ex – presidente suicida, AGP.
Si el “señor” almirante fuese consecuente con su prédica NO AL COMUNISMO, entonces en su condición de Ex – Presidente del Comando Conjunto hubiese condenado el abuso cometido por las trasnacionales comunistas, si como lee, comunistas, empresas estatales de la China comunista, como la minera Shougang, las Bambas, Chinalco, China Railway, Yofc, Telecom Perú, Satel, etc., etc., etc. por citar solo esas empresas.
Pero el “señor” almirante no solo hubiese puesto los ojos en la China comunista, también hubiese puesto el ojo en las empresas chilenas de la socialista y comunista Verónica Bachelet que llegaron al Perú en bandadas. O se hubiera escandalizado cuando la Odebrecht de la mano del gobierno socialista y comunista de Lula ingresó al país solo para robar. O hubiese saltado de su cómodo escritorio cuando las transnacionales de los socialistas Felipe Gonzales de España o Emmanuel Macron de Francia llegaron al Perú.
Nada de ello ocurrió. Imperdurable el almirante Montoya, que no ganó una sola guerra, permanecía del disfrute de rey, que le damos todos los peruanos a costa de nuestros impuestos, de nuestro trabajo y de nuestra pobreza.
Pero el tema de fondo congresista electo Montoya, no es el tema del terrorismo o comunismo que a usted le preocupa, no señor. A usted no le deja dormir y les castañean los dientes - como cuando Montesinos mandaba en este país – la idea que el profesor Castillo, de salir electo como presidente constitucional de este sufrido país, podría revisar todos los sueldos, pensiones y privilegios que gozan en esta vida y en la otra vida también, las vacas sagradas como usted.
Entonces usted se desgañita y miente y llama a los pensionistas subalternos - que gana en promedio 3,000.00 soles, que es mucho en comparación a las famélicas pensiones de otros sectores del estado – para defender sus pensiones "que le quitará" Castillo y salen pues con bombos y platillos a defender la falacia pueril que expele su persona.
El profesor Castillo no quitara nada, pero si propugnará la igualdad de oportunidades para todos – esa es la esencia del socialismo - para que los de abajo y los de arriba compitan en igualdad de condiciones. Para que los hijos del personal subalterno y en general los hijos del pueblo puedan acceder, por ejemplo, a la escuela naval, donde ahora están vetados por su posición social o el color de su piel y solo tienen acceso los hijitos del almirantazgo y su pléyade de oficiales.
Así estamos en pleno siglo XXI estimado lector que el profesor Castillo pretende cambiar, entre otras medidas de corte estatal a favor del pueblo.
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