Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista enSaluderecho |
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Los hospitales pediátricos de algunos países colapsan la noche de Halloween porque varios papitos y mamitas no le han puesto cuidado a la ingesta responsable de dulces y golosinas la Noche de Halloween o Noche de Los Niños o del 31 de octubre.
En la mayoría de los casos ciertos niños recorriendo calles, puerta a puerta las casas o negocios, a golosina recibida, golosina comida; mientras los adultos, que de un tiempo para acá también se disfrazan ellos y sus mascotas, descuidan a los pequeños, quienes comienzan a consumirlos sin control alguno. Generalmente en países suramericanos los niños de estratos altos no corren esos riesgos, porque son atendidos la noche de Halloween en sitios ajenos a esos ambientes; sus padres son los que más gastan para esa fiesta por la tecnología característica que en la noche del Halloween, se viene imponiendo.
Los stands de ventas de golosinas y máscaras aumentan por estos días, vendiendo al público circundante caramelos, chupetines y otras golosinas que son distribuidos gratuita y profusamente a los niños esa noche en la calle, negocios y viviendas.
De la misma manera hay congestión en el sector de algunos comerciantes formales e informales inescrupulosos, que ofertan máscaras y calabazas de quién sabe dónde; las cuales no poseen el rotulado donde se indique la autorización sanitaria; en Perú, de parte de DIGESA (Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria).
Resultado de no cumplir el deber legal, maternal, paternal, comunal, estatal, y por demás humano, de cuidarlos en esa fiesta traída de otra cultura, son las consecuencias como dolor de estómago, falta de sueño, hiperactividad y reacciones alérgicas e infecciones estomacales, en los niños que abusaron de ingerir golosinas esa noche y otras más; porque también se ha hecho carrera que la noche del Halloween la celebran todos los días de la última semana de octubre.
Demasiados intereses comerciales y publicitarios se mueven en torno a esas celebraciones, llamadas a cambiar radicalmente en su modo de desarrollarse. Pese a que es en la noche del Halloween donde más se compra y vende golosinas, disfraces, máscaras y otros elementos, ese sub sector de la economía se mueve intensamente todo el año, en fiestas infantiles que se llevan a cabo por diversas razones. La mayoría de esos productos son made in China.
Respecto de las golosinas, el Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud (Minsa), recomienda que previamente a la noche del Halloween, visiten la página de DIGESA para verificar los datos del fabricante como código de Registro Sanitario, fecha de vencimiento, lote e ingredientes; con el fin de constatar que el código de registro nacional y autorización sanitaria correspondan a los productos adquiridos o regalados.
Pocas personas estarían observando esos consejos, porque en principio es dispendioso verificar esa noche y en general siempre, dulce por dulce, disfraz por disfraz, mascara por máscara, si està en el registro legal. El deber es de las autoridades, realizar operativos permanentes en ese sentido y retirar del comercio los productos dañinos para la salud en esa fiesta.
En cuanto a las máscaras, aconsejan las autoridades sanitarias peruanas “no comprarlas totalmente cerradas o que no tengan inadecuada ventilación, tampoco deben despintarse con facilidad ni emanar olores intensos, porque pueden originar intoxicaciones por plomo, mercurio, cadmio, cromo o sustancias derivadas de hidrocarburos, o que no tengan inadecuada ventilación”.
Sobre disfraces la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia señala que se debe tener cuidado en que estén fabricados con materiales resistentes al fuego y contengan una etiqueta que lo declare: “Resistente al fuego”/”Flame Resistant”; sean ligeros y de colores brillantes para que los conductores de vehículos puedan ver a los niños claramente; estén ajustados y no arrastren el suelo para prevenir tropiezos y caídas, y que las espadas, cuchillos y accesorios para disfraces estén fabricados con materiales blandos y flexibles.
En todo caso, para evitar inconvenientes de salud en punto a los dulces, aunque tengan el registro legal, es necesario repetir que esos productos contienen altas cantidades de azúcares refinados, supremamente dañinos para los niños; por lo que cada vez se extiende la costumbre de repartir frutas frescas ese día, en vez de los dulces.
En el Perú la mayoría de personas les obsequian a los niños, golosinas que generalmente no tienen registro sanitario, ha indicado el INS (El Instituto Nacional de Salud). Se ha establecido que en años anteriores han regalado dulces en mal estado, preparados con materia prima no apta o fabricados en dudosas condiciones de higiene.
@luforero4 |
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