Mag. Químico-farmacéutico y periodista |
---|
PUBLICADO 12-10-2020 | La verdad no escrita hasta ahora ni establecida por los arqueólogos, sale a luz tras 60 años de investigaciones y acumulación de datos; conjetura que, se fundamenta en las observaciones hechas en las llamadas huacas.
Horribles e increíbles hechos de criminalidad que sucedieron después de la llegada de los españoles a Chincha Baja, el 20 de octubre de 1537. Los asesinos no respetaron ni tuvieron piedad por los nativos. Ellos querían oro, plata y tierra. Fue el tiempo de una verdadera carnicería humana perpetrada por los peninsulares, sedientos de tesoro. Sobre esta triste realidad espantosa, muchos han escrito, el más contundente fue el historiador mexicano Rafael Pedrezuela. Que se sepa hasta la fecha nadie ha puntualizado ni señalado los horribles crímenes ejecutados en el tiempo de la conquista y la colonia.
La muerte en masa, el genocidio execrable ha quedado oculto, no obstante, las evidencias. Por ejemplo, los estudiosos omitieron decir la verdad cuando hablaron de la antigüedad de la Cultura Chincha. Ubicaron a los hombres jaguares, en un siglo que no les corresponde. Se tomó en cuenta fechas distintas sobre la antigüedad de la Cultura Chincha, casi todo post cristiano, cuando las pruebas demuestran, que los Chinchas tendrían una antigüedad no menor de 4 mil años antes de Cristo. Es una falacia o especulación insubsistente afirmar que la cultura Chincha floreció entre los Siglos XIV y XVI, o barajar fechas sin hacer un estudio completo de la arqueología chinchana. La fecha última concuerda con la llegada de los criminales y no con el apogeo de la Cultura Chincha.
¿Dónde están los enterrados los muertos del genocidio? Los arqueólogos al hacer su trabajo encontraron los entierros abandonados, a su suerte y a la intemperie, llamándolos como tumbas funerarias, fechándolo como reciente la presencia Chincha, cuando todo es falso.
La historia irreal, fabricada con una visión equivocada, fue asimilada por los chinchanos, que acepta una fecha falaz y contraria a su existencia de los hombres que brillaron en el Perú antiguo. Vale decir una historia distorsionada e incompleta incompatible con la realidad.
Los primeros arqueólogos que estudiaron la presencia del hombre chinchano solamente en el valle, en forma superficial, encontraron los restos humanos producto de la bárbara criminalidad en las “tumbas funerarias”, para nosotros fosas comunes, que constituían cientos de cementerios. Los huesos -de todas las edades- yacían como leñas apolilladas en las fosas. Observando detalladamente las mencionadas “tumbas” en la costa, sierra, y parte de selva, un promedio de 200 “sarcófagos”, debemos precisar que todos los entierros son de la misma característica: huesos dispersos arrojados a las fosas comunes como desperdicios.
¿Qué hacían estos asesinos para terminar con los lugareños y apoderarse de sus bienes? Juntaron y aislaron a los nativos en el lugar de sus construcciones y viviendas como objetos inservibles, para que mueran en masa, pasando una terrible vida de sufrimientos y lamentos. Así toda una familia moría y eran enterrados muchos al aire libre. Morían de hambre y abandonados, cuales fueran animales salvajes, sin contemplación y humanidad alguna. En cada “hueco”, se encuentran los huesos -como palos apolillados- los restos de los antepasados chinchanos. Observar una “tumba” significaba ver huesos del cuerpo humano en total abandono. Los muertos eran enterrados de manera más cruel y salvaje, o dejados simplemente en las fosas. Un peritaje médico nos puede conducir a ratificar la verdad.
Para citar, en pampa de Hijaya, hay centenares de “tumbas” producto de esa tragedia de crueldad bárbara. Allí están gran parte de los 150 mil muertos. En todo el valle de Chincha, hemos observado la magnitud de los asesinatos cometidos. Lo mismo sucedió en la sierra. Algunos construyeron una especie de “tumbas”, costumbre andina, cuyas bocas se orientaban al este. Los criminales llegaron a Chincha el 20 de octubre, hace 483 años. De modo, Chincha Soporta, cerca de 500 años de despejo y criminalidad.
Recibe las últimas noticias del día