Comunicado
14 de agosto de 2022 - 11:53 p. m.
Señora
Dña. María José Bueno
Directora Diario El País
Presente. -
Tengo el agrado de dirigirme a usted para saludarla muy cordialmente, y compartir algunas reflexiones con relación a la editorial de El País, del domingo 14 de agosto
Efectivamente el Perú atraviesa un período de crispación política, caracterizado por la pugna entre el Ejecutivo y las fuerzas políticas de oposición representadas en el Legislativo. La carencia de una definición objetiva de la vacancia presidencial por causal de incapacidad moral permanente y su utilización arbitraria ha dado como resultado que desde el año 2016 el país haya tenido 5 presidentes y 3 parlamentos.
Las últimas elecciones generales del Perú se llevaron a cabo en 2021, en un contexto polarización ciudadana, en donde la mayoría de los 26 distritos electorales mostraron su apoyo al presidente Pedro Castillo. La transparencia del proceso fue corroborada por diversas instituciones públicas y privadas, internacionales y nacionales.
Pese a la tensión existente entre ambos poderes del Estado, se han logrado importantes avances, priorizando la protección de la población más vulnerable, la reactivación económica con generación de empleo, la vacunación de la población y el acceso a los servicios de salud y educación.
El gobierno de Pedro Castillo heredó un entorno económico complejo, consecuencia de las medidas restrictivas asumidas por el país para mitigar la propagación de la pandemia del COVID-19, a las cuales se suman los efectos globales del conflicto ruso-ucraniano.
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No obstante, el Perú ha logrado mantener un crecimiento económico sostenido y una alta calificación crediticia en la región gracias a políticas fiscales y monetarias responsables.
En el marco del proceso de reactivación económica, el PBI del Perú, al cierre del 2021, creció un 13.3% con relación al 2020, por encima del promedio latinoamericano, de 6.9%. El Banco Mundial prevé un crecimiento de 3.1% en 2022, y de 2.9% en 2023.
Las exportaciones peruanas crecieron un 42.05% en 2021 respecto al 2020, y aumentaron en 23.9% en el primer trimestre de 2022 en comparación al mismo período en el 2021. El turismo también viene observando buenos niveles de recuperación.
Asimismo, el Perú se encuentra implementando la Hoja de Ruta para culminar su proceso de adhesión a la OCDE.
Por otro lado, gracias a los esfuerzos multisectoriales, se dio impulso a la campaña de inmunización contra el COVID-19, asumiendo el gobierno la tarea inmediata de priorizar la vacunación de la población, garantizando la adecuada provisión de vacunas e incrementando la velocidad y cantidad de personas vacunadas.
Finalmente, quiero destacar que las iniciativas desarrolladas por el Gobierno se enmarcan dentro del Estado de Derecho y la independencia de Poderes, como lo demuestra el proceso de elecciones regionales y municipales en todo el país, previstas para octubre próximo. El Perú es un país comprometido con el cumplimiento de los ODS, y mantiene una amplia vocación en la defensa de la democracia, los derechos humanos y la protección del medio ambiente.
Los peruanos estamos seguros que remontaremos estas difíciles circunstancias, con diálogo y respeto mutuo, tal como nos alientan nuestros hermanos de Ecuador, Argentina, Bolivia y México, al igual que el hemisferio y la comunidad internacional.
Hago propicia la ocasión para presentarle las seguridades de mi especial consideración y estima.
Atentamente,
Oscar Maúrtua de Romaña
Embajador del Perú en España
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Editorial de El Pais 14-08-2022
Castillo sin retorno
La extrema precariedad del actual Gobierno de Pedro Castillo habla de la frustración del proyecto de renovación de la clase política de Perú Perú se encamina hacia un peligroso punto de no retorno en la crisis que desde hace años sufren sus instituciones. Los escándalos que acorralan al presidente, Pedro Castillo, son el último eslabón de un declive que contamina a su Gobierno y, a la postre, corroe la estabilidad del país. Pero esta situación refleja también un problema de carácter estructural. El maestro rural que llegó al poder en julio del año pasado, tras ganar las elecciones frente a la derechista Keiko Fujimori, acumula seis investigaciones por presunta corrupción. Esta semana, la Fiscalía detuvo a su cuñada, que vivía en la residencia presidencial, y su abogado amagó con abandonarlo. A eso se suma la avalancha de destituciones y dimisiones en su Gabinete. Ante el mandatario desfilaron siete ministros del Interior y cuatro primeros ministros, y el Congreso ha intentado destituirlo en dos ocasiones por “incapacidad moral permanente”. Pero el panorama es aún más complejo. Castillo ha roto con el partido de izquierda ortodoxa que le aupó al poder, ha hecho guiños a sus adversarios ultraconservadores —llegando a nombrar a un ministro de Relaciones Exteriores que hace un año cuestionó su victoria agitando el fantasma del fraude— y, sobre todo, ha aparcado la agenda de cambios e incumplido las promesas con las que alimentó las esperanzas de millones de personas. Con estas premisas, la precariedad del Gobierno peruano es tan evidente como el descontento social. Según un reciente estudio de opinión, el 65% de los peruanos quieren una convocatoria de elecciones generales, pero otro dato recoge el escepticismo de la población, ya que casi el 50% cree que la situación sería igual (o peor) con un nuevo gobernante. Castillo se impuso en las urnas tras unos años de convulsión que degeneraron en un enfrentamiento sin salida entre el poder ejecutivo y el legislativo. En noviembre de 2021, la caída de Martín Vizcarra dio pie a una semana de vértigo en la que Perú tuvo tres presidentes en una semana. Todos los exmandatarios electos vivos han estado en la cárcel, en arresto domiciliario o han sido investigados por algún caso de corrupción, principalmente la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Uno de ellos, Alan García, se suicidó en 2019 cuando iba a ser detenido. La descomposición del sistema fue precisamente uno de los resortes que movilizó a la sociedad en apoyo del maestro, un hombre que no pertenecía a las élites, impulsándolo hasta la presidencia. De aquella campaña electoral solo ha quedado la retórica populista y Castillo va camino de convertirse en el enésimo mandatario procesado por desviarse del camino. La gravedad de esta situación, sin embargo, va más allá de la coyuntura y de la precariedad del actual Gobierno y habla de la urgencia de una gran reflexión nacional y de la frustración actual del proyecto de renovación de la clase dirigente del país.
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