Hasta hace unos meses los pobladores viajaban asi...
 

El sábado pasado se inauguró pomposamente la carretera Chincha Alta-Arma, primera etapa, cuyo destino es Huancavelica, con la asistencia de Ollanta Humala, Presidente de la República y de muchas autoridades locales y de la Región. Se cumplió un sueño de décadas de constantes y titánicas gestiones, sobre todo hechas por los alcaldes de la zona Norte de la provincia de Castrovirreyna.

Toda vía significa el desarrollo de los pueblos del interior. De modo, el asfaltado de la carretera Chincha-Arma generará mayor afluencia de los pobladores hacia sus terruños  ahorrando tiempo y dinero, vislumbrándose el incremento de la actividad comercial.

El destino final es Huancavelica. El recorrido por la quebrada de San Juan es mucho más corto, que por las orillas del río Pisco, Ticrapo, Castrovirreyna y Santa Inés. Los choferes que últimamente han viajado por la ruta en mención sostienen que, en un promedio, de 4 a 5 horas se llega a Huancavelica, dependiendo de la movilidad.

No tenemos los datos numéricos del costo ni la distancia por ahora. Tenemos proyectado, llegar a Huancavelica en los próximos días. Pero hace aproximadamente 40 años que venimos recorriendo antes y después del asfaltado por dicha arteria birregional, muchas veces a pie. Además hemos llegado a Huancavelica por la vía Pisco saboreando la distancia tras horas y horas de viaje. Por consiguiente conocemos algo, como también ingresamos por vía Huancayo y Ayacucho. .

Es cierto que el asfaltado ahorra tiempo y dinero tanto a los choferes como a los pasajeros. Pero también es cierto que el asfaltado de dicha vía presenta muchas imperfecciones e imponderables. Se ha hecho una carretera de consuelo, a la carrera, a todo costa, colocando una leve capa asfáltica, de corta duración. Los pobladores de Huancavelica merecían algo mejor. Una carretera más consistente y duradera, bien alineada y no con curvas peligrosas.. Además no se ha hecho las correcciones necesarias, los tramos presentan exceso de curvas cortas, cuando esto debió ampliarse y tener una pista como para el tránsito inter regional.

La reciente inaugurada, pareciera para uso personal o unión de pueblos pequeños, más para no para unir 2 regiones. Por la zona de Marcas se cayó un pedazo de cerro y se llevó casi la mitad de la pista, allí se observó la débil capa asfáltica que se cuarteaban con el paso de una maquinaria pesada, ¿cómo será entonces cuando los hechos sean mayores y las lluvias más persistentes?.

La construcción de la Carretera Chincha-Arma significó la destrucción de 3 centros de arte rupestre: Marcas 1, Marcas 2, y Pampa de las petacas, andenes, construcciones y tumbas funerarias. Hubo un atentado criminal contra el patrimonio arqueológico de Huancavelica, registrado y estudiado por el cubano Antonio Núñez Jiménez, y publicado en su libro el Arte Rupestre del Perú.  Nadie abogó por la preservación de los restos arqueológicos de suma importancia para el departamento de Huancavelica y Chincha, más bien sus autoridades fueron sus cómplices y asesinos de la cultura de ese departamento. Pues ha desaparecido las hermosas páginas de la historia, que anunciamos antes de que suceda la destrucción salvaje de los petroglifos mencionados. No tenía por qué destruirse los petroglifos, pues había suficiente espacio, lamentablemente el daño ya está hecho. Huachos.com advirtió el execrable crimen de lesa cultura.

El pasado del hombre huachino ha desaparecido. Las autoridades que permitieron el horrendo chimen culturan deben ser encarcelados porque no supieron defender la arqueología de Huancavelica.  Y, la prensa anodina y cómplice huancavelicana todavía tienen el desparpajo de florear y votar salivas de alegría por el desastre cometido. Acaso, ¿no se han dado cuenta que la carretera Lunahuaná-Yauyos se construyó similar a la de Arma, y para evitar los choques en cada tramo corto, se pusieron rompe muelles y ahora vienen ampliándola por su  pésima construcción politiquera durante la época de Alan García?

No es cuestión de llegar como sea a Arma o Huancavelica, se debió primar la dignidad y honor del pueblo huancavelicano, darle al pueblo lo que verdaderamente merecía y no entregarle gato por liebre. Esa es nuestra observación.

Si se quería llegar a menor tiempo a Huancavelica era por el distrito de Lincha, la otra vía alternativa es por Huangáscar. Y la vía mucho más corta era siguiendo el “Qapac Ñan” o camino de los mercaderes Chinchas. Precisamente por esa ruta llegó a la costa los minerales de Santa Bárbara de Huancavelica.

La gente quiere llegar a Huanacavelica ahorrando tiempo. Ahí está la carretera, pero con el exceso de curvas peligrosas ojalá no haya accidentes que lamentar, por culpa de los que asfaltaron la carretera  sin tener en cuenta el futuro del pueblo huancavelicano.  

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