Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

El allanamiento de la casa del ex Presidente Alejandro Toledo, la recuperación de documentos y dinero,  huele a podredumbre, expresaron algunos comentaristas. Demuestra a la vez parcialidad y encubrimiento a Alan García Pérez, manifestaron en seguida. Nadie discute que Toledo no sea  procesado y encarcelado. Es el papel de la justicia competente su enjuiciamiento.

Según los indicios que se exhiben desde hace buen tiempo Alejandro Toledo ha incurrido en delito. Razón por la cual se les persigue.  El ex mandatario de la Nación, afirmó que nunca se le encontró desbalance patrimonial, y  retornará al Perú para ponerse a Derecho.

Lo que preocupa a la población y periodismo honesto es el trato parcializado, con bombos y platillos, que se viene dando contra Alejandro Toledo, pues tratándose de un equilibrio judicial, se debió simultáneamente allanar la casa de Alan García y de Ollanta Humala, y de muchos implicados en casos sonados.

 

Este proceder algo raro demuestra que existe una abierta intención de no tocar al aprista Alan Garcí, y que los jueces y fiscales posiblemente están a su servicio. Si hay deseo de luchar contra la corrupción, debió tomarse una  medida similar para la incursión nocturna a la casa de Alan García Pérez. Los días siguientes serán precisos para confirmar o desvirtuar nuestro enfoque y preocupación de un sector de la prensa honesta  y la indignación de la mayor parte de la población peruana, que sienten frustración ante hechos denigrantes del Poder Judicial. ¿Por qué no caen los verdaderos peces gordos? Se pregunta constantemente Juan pueblo.

Según parecer, los fiscales y jueces están muy ocupados en asuntos menudos, de poco interés, y hasta son ciegos cuando se  trata de investigar casos relevantes de corrupción y delincuencia a nivel de congresistas y personajes políticos. Más bien, los magistrados,  los que deben velar por la aplicación de la ley, llegan al extremo de excarcelar a narcotraficantes, sicarios y asesinos y  autoridades implicados en casos de corrupción, como lo referente al alcalde de San Marcos, Ancash, que tuvo el desparpajo de decir que el fiscal y la PNP le había sembrado el delito.  

El caso Toledo es para centrar el interés hacía él, que todos vuelquen sus miradas contra el imputado ex presidente, descuidándose de otros corruptos que andan sueltos por las calles, y haciendo alarde de una falsa moral. Se parece a la época de Montesinos, en que para desorientar a la población hablaron de la Virgen que llora.

Según se sabe Alejandro Toledo ha negado tajantemente ser parte de  la corrupción y de haber recibido 20 millones. Dijo que apelará ante los tribunales internacionales por la forma que había sido allanada su casa, como si tratase de un delincuente, después de medianoche, sin haberle notificado y en usencia de sus abogados. ¿Qué es esto? Se preguntó. Sostuvo luego, que sus enemigos políticos no duermen y lo atacan.

En el terreno de la corrupción todos los ex presidentes desde 1990 están implicados en actos de corrupción, salvo el connotado líder ya desaparecido Valentín Paniagua, que fue impecable  durante el Gobierno de Transición.  En todo caso los acusados, por igual, deben ser encarcelados. Pronto lo sabremos si existe Poder Judicial.

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