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Pedagogía antitóxica y la liberación del hombre de la neurociencia mortal

¿Cómo puede prosperar una educación en manos de ministros de educación y especialistas, que son bachilleres y profesionales de economía, sociología, derecho, nutricionistas e ingenieros?

Después de la última Reforma Educativa habida en el Perú, de 1972, nunca hubo ninguna reforma, sino parches y remendones por allá y por acá.
Después de la última Reforma Educativa habida en el Perú, de 1972, nunca hubo ninguna reforma, sino parches y remendones por allá y por acá.
 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano   Profesor/Periodista

 


Medio siglo estudiando la educación peruana. Algo tiene que quedar. De tanta intoxicación, embrutecimiento magisterial, de someter a los profesores  a un cautiverio y deshumanización, de “biologización neurótóxica”, y de robotización del maestro, en una palabra de la “destrucción de la educación peruana” postulamos la teoría de la “Reivindicación humana y cognitiva del maestro y liberación del  Hombre””. 

En las últimas décadas se ha considerado al maestro como el enfermo postrado con cáncer terminal, por cuya culpa la educación nacional agoniza, y que está en la cola en el consenso de Latinoamérica y del Caribe, y peor en la escala mundial. Se responsabiliza criminalmente a los educadores de la crisis educativa, de la estupidización y pérdida de valores, del incremento de la delincuencia y de la corrupción, entre otros sucesos.

 
« Tanto es la cretinización del hombre por llegar a considerar a los maestros como tarados mentales, de flojos e incapaces, que tienen mucho miedo a la evaluación magisterial. »


Todo esto es una patraña. El responsable directo de la deshumanización educativa en el Perú, del descalabro y del descenso del aprendizaje escolar es el gobierno. No es el maestro que se corre o se esconde o se vuele terrorista por incapacidad mental.

Después de la última Reforma Educativa habida en el Perú, de 1972, nunca hubo ninguna reforma, sino parches y remendones por allá y por acá, acogiendo gentilmente las recetas del fondo mundial y de las potencias económicas. ¿Cómo puede prosperar una educación en manos de ministros de educación y especialistas”, que son bachilleres y profesionales de economía, sociología, derecho, nutricionistas e ingenieros?  Esto es atroz y una barbaridad, un zafarrancho sin nombre, un crimen educativo, avalado por organismos internacionales como el Banco Mundial, y otros prestatarios de dólares, que a ellos más les interesa la inversión que la calidad educativa, equiparable como mandar dirigir  un restaurante de primer nivel, o de gastronomía nacional, a un agricultor o ganadero, cuando tiene que estar obligatoriamente en manos de especialistas con experiencia y galardonados.  

A los gobiernos no les interesó la educación, sino la aplicación de su proyecto, de su dominio, de la subyugación, de la alienación del hombre, de la implantación de su poder político de supremacía, del diseño de la educación a su estilo, de explotación y poderío por un periodo largo, como el caso del gobierno de Fujimori, que planificó la educación por un periodo de 20 a más años de poder, donde una especie de monarquía dictatorial gobierne por largos, años dirigidos por el padre, hijos y nietos, de generación, tras generación. Se trataría del retorno de una monarquía nipona.  

 
« Por eso desde el primer gobierno de Alan García la educación de vino “de mal en peor”, fue el inicio de la “estupidización educativa”, del colapso escolar, abriendo las puertas de los pedagógicos a cualquier ser humano, olvidándose de la selección de educadores con vocación magisterial y calidad educativa. »


Y -años después- permitir que se funden pedagógicos en cada esquina, sin las condiciones y calidad que se requieren en estos casos. De allí egresaron profesores en serie, titulándose en un día, 200 o 300 profesores, en cada instituto, como por arte de magia,  sin hacer un trabo de investigación o monografía, solo demostrando haber construido un aula, explicando los materiales empleados, cuando lo primero que debieron argumentar es la pedagogía a enseñar después de salir del templo del saber. Fue el comienzo de la época del desastre educativo, donde quien quiera se titulaban, incluso sin haber estudiado y asistido a clases. Así en Chincha hubo 4 pedagógicos que eran fábricas de profesores de bajo nivel académico, que todavía enseñan.

Queriendo remediar el daño causado a la nación peruana, los gobiernos apelaron a los “dioses” del saber pedagógico, asimilando paradigmas enlatados, torturando y envenenando mentalmente a los profesores, con doctrinas y metodologías dañinas y deshumanizantes para formar la mano de obra barata, al servicio de las potencias. Se refiere a la aparición de la era de la educación del cholo barato, muy adiestrado para hacer y trabajar con calidad (competencias), en las empresas, anulando su espíritu crítico, desnaturalizando la verdadera educación que requería el Perú. Así se formó escolares con bajo nivel académico, o cognitivo, con conocimientos pauperizados, excluyendo  del currículo nacional temas medulares y perdiendo asignaturas de valor preponderante, convirtiendo así los educadores en autómatas y máquinas de la enseñanza y aprendizaje.

De otro lado, se tomó énfasis el embrutecimiento de los maestros con la aplicación de la neurociencia, pues ésta como el átomo cuántico de Einstein, a pesar de sus virtudes, puede llevar la educación al borde de la muerte, como la catástrofe de Hiroshima,  la explosión atómica. Si bien es cierto que la neurociencia tiene ventajas, pero a la vez significa la deshumanización del hombre, de tratar a los seres humanos como entes falibles al ciento por ciento, donde pierde identidad y  libertad. Según la concepción de los teóricos adoctrinados tiene valor solo las evacuaciones de los “seudocientíficos”, olvidándose del maravilloso poder pedagógico, arte y ciencia de los profesores, insustituible por otro saber. La pedagogía y la psiquiatría tienen sus objetivos, que algunas veces son incompatibles; de modo, quien sigue los dictados de los “neuroinvestigadores”, pueden perder el horizonte educativo, acabando con los destinos de la humanidad.

Necesitamos maestros y no borregos de la neurociencia.

Los “neurocientìficos” lo que han hecho es criminalizar los derechos del hombre, protegiendo y salvaguardando los derechos de  los “humanoides” y delincuentes. Y, lo peor poniendo a la cima de la educación a la “neurociencia”  y decapitando al hombre, autor de su propio destino.
 
 NB: Los artículos publicados en esta Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de su autor. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

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