Por: Eucadio Gutiérrez Solano   Profesor/Periodista

Con la conciencia tranquila, demasiadamente tranquila, por no haber robado al pueblo ni a nadie, hoy estaremos en Ica, presentando algunos modestos libros como “Nación y señorío de los Chinchas”, en cuyas páginas están las almas de Adolfo Peschiera González y Aurelio Chacaliaza Ávalos. Nadie da ni un centavo por la cultura, pero hay que hacer como Rodolfo Chalco, Javier Mavila y otros visionarios.

Hace 3 días hemos cumplido 45 años bregando por el pueblo, sin pedir nada, solamente invocando que defienda sus derechos y luche por los demás quienes son víctimas de la injusticia, de la prepotencia y del maltrato.

La empresa trasnacional peruano-brasileña Milpo (Votorantín-Nexa), ha querido encarcelarnos y silenciarnos denunciándonos por un millón de dólares, por el solo delito de defender la causa justa del pueblo de Chavín que, durante 14 años sigue en la pobreza cuando Milpo se lleva la riqueza minera de Chavín, bajo la complacencia de sus autoridades y líderes. Todavía estamos libres y de pie, buscando dólar por dólar para pagar a Milpo. Seguimos aun haciendo cultura y periodismo. Estamos de pie, aunque tenemos que pagar con nuestra sangre, como decía el valiente chavinero Nazario Laura Vilcamiza, “que muertos nos sacarán de nuestra tierra, aunque los traidores estén prendidos de las tetas y gozando de los millones de Milpo. Y hoy, decía César Lliuya, por Radio H.T. “defenderemos las tierras de Chavín hasta con nuestras vidas”. El pueblo está más enardecido que ayer.

Y Milpo, todavía mediante sus voceros, ha tenido el cuajo de amedrentarnos y hacer espectáculos delante de la jueza Jéssica Campos Martínez, como si Eucadio Gutiérrez fuese un delincuente, lejos de agradecer que ellos viven gracias a la mina Cerro Lindo, dando migajas al pueblo de Chavín, pagando 0.1 décimo de sol por metro cuadrado de tierras, y ahora quiere dar 30 soles el metro cuadrado de tierras, o tal vez menos.  

Estaremos en Ica hoy, en la casa de la cultura, Biblioteca Municipal de Ica, otrora sala de lectura, en donde hemos aprendido buenas enseñanzas; y el destino es así. Llegaremos con los pelos blancos, a diferencia de ayer como universitarios que pasábamos diariamente por esa avenida San Martín, tanto por lo físico (Comedor}, y por la cultura, y de yapa buscando frutas más baratas en el mercado La Palma, y visitar a nuestros docentes como Sixto Chávez Garayar, Félix Landeo Medina, Huallanca, Velásquez y otros, cuyos domicilios estaban cerca tal de la Dra. Ribotí, maestra de muchos recuerdos  Al pasar por dicha avenida recordaremos a nuestro claustro universitario, y ojalá contenderemos nuestras lágrimas   cuando veamos la casa de uno de los mártires del periodismo iqueño Luis Picone Soto, asesinado por los sicarios de la mafia.

Por nuestra mente pasan muchos nombres de laureados y combativos periodistas iqueños como Gonzalo Tueros, Enrique Marticorena, Galindo, Tello y tantos más que partieron a la eternidad. Entre los vivos todavía vemos a Rodolfo Chalco Cueto, Américo Aquije, David Tataje, Jesús Acevedo, y a otros que por la muerte de nuestras neuromas nos olvidamos, no por miserable.

Más que una presentación o exposición será más bien un reencuentro, un diálogo de viejos amigos con los jóvenes. Tal vez recordemos algunas anécdotas como el regreso de 10 libros por la municipalidad distrital de Sunampe, Chincha, y la deuda pendiente del alcalde de Yánac, desde hace 10 años, como las negativas de todos los alcaldes de Chavín cuando pedíamos su apoyo por la cultura y el desarrollo turístico, se olvidaron en absoluto. Pero la cultura tiene que caminar, cuestas arriba, cuestas abajo, como decía un poeta.

Ofrecemos al pueblo el alimento cultural, su riqueza, su historia, la vida pasada. Cada quien tenemos nuestros puntos de vista. Pero al detenernos en los monumentos arqueológicos y ver el salvajismo de hoy, nos da una revolución cerebral que todavía no entendemos a los seres que viven con mentes desquiciadas y destruyen las obras milenarias, que costó siglos para su levantamiento.

De modo, le esperamos en Ica, no repartiremos pachamanca, comelonas y licores. Estaremos con nuestros modestos libros, frutos de muchos años de investigación y observación en la misma realidad. No llevamos plagios ni comida chatarra para el cerebro. Gracias por anticipado por su noble presencia.

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