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Por: Luis E. Forero Medina
Abogado/Especialista en Saluderecho
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Proteger, Avisar y Socorrer
La temporada de vacaciones es propicia para compartir no para combatir con el agua, y en ocasiones los veraneantes pretenden nadar contra la corriente con resultados fatales, enfermedades por infecciones y traumatismos.
Al comienzo del año las emergencias acuáticas son más frecuentes, sólo en los dos primeros meses del año anterior la Unidad de Salvataje de la Policía Nacional del Perú rescató a 905 personas y recuperó nueve cadáveres en diferentes playas de Lima.
Los sistemas de salud de todo el mundo afectan sus presupuestos en la atención de las víctimas de ahogamiento, siendo los más frecuentes los niños, niñas, adolescentes, varones y personas ebrias.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo mueren cada hora 41 personas por ahogamiento, la mayoría prevenibles. Esta Organización dictó hace 13 años las Directrices sobre seguridad de los entornos de aguas de recreo.
En América Latina hay demasiado vacío normativo sobre seguridad en actividades acuáticas, que debería ser una Política de Estado para ahorrar las vidas que se pierden y costo por discapacidades originadas en el mal uso del agua. En Colombia rige desde 2008 la ley 1209, reglamentada en 2009 y 2015, sobre seguridad en piscinas. En Perú no hay una ley en ese sentido, solo se emitió una Directiva referente a la calificación sanitaria de las playas, y la Policía Nacional tiene establecidas las Recomendaciones de seguridad en playas, piscinas y estanques.
Aunque algunas naciones han adoptado normas especiales en sus legislaciones para los bañistas, “sin embargo, en este terreno las leyes y reglas no bastan”, señala la OMS. La pedagogía sobre el particular desde la niñez e implementación de medidas de seguridad, son algunas de esas políticas; no obstante muchas veces no disponen del personal suficiente de salvavidas, como tampoco de una prestación oportuna y eficiente de los primeros auxilios.
La Cruz Roja Internacional tiene señalada para dichas emergencias la denominada "Cadena de la Supervivencia", que desarrolla la CONDUCTA P. A. S. (Proteger, Avisar y Socorrer).